Capítulo II. Aprenderás la lección de la manera difícil

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Al dejar la escuela a las cinco de la tarde, mi humor no era el mejor de todos. La orientadora fue bien clara en nuestra reunión justo después de química avanzada con el profesor Jenson. Yo debía enfocarme. Ya lo sabía. Estaba más que consciente del hecho de que no había sido una buena estudiante en los últimos días-semanas incluso, después de que papá se fue-pero no creía necesaria tanta preocupación. De hecho, insinuarme de llamar a mi mamá si las cosas continuaban así de preocupantes para el cuerpo docente, no había ocasionado más que arruinarme la poca energía que había logrado reunir para el día.

-Carrie me contó que empezarás a asistir a orientación semanalmente. Que lo tuviste que sumar al horario -comentó Nick, acomodando el cabello liso hacia el costado izquierdo para luego quitarse la chaqueta roja y blanca del equipo de lacrosse-. ¿Seguiremos teniendo clases juntos?

Torcí la boca. De mala gana guardé la lista de actividades que debía entregar en la semana que la orientadora me había sugerido-obligado-hacer para organizarme mejor.

-¿Es que ya le ha dicho a toda la escuela?

-Le pregunté si estabas bien luego de que no te viera en las gradas de nueve a once como de costumbre y esa fue su manera de responderme... ¿Entonces, sí es verdad? ¿Es algo bueno, no?

-Seguro que sí. La señora Allen metió nuestras reuniones en la mayoría de mis espacios libres. Apenas tendré algunos minutos para descansar en todo el día. No hubo cambio de clases.

-¿Por qué estás yendo? ¿Lo sugirió la directora?

-Sí. Y todos los profesores. Piensan que...es preocupante la situación con mis notas. Vengo a enterarme que si alguien se pierde el tiempo límite de un par de evaluaciones es el fin del mundo.

No necesitaba más explicación pero defender mi caso era imposible. La mayor nota que me saqué fue un seis de casualidad en pre-cálculo.

Nick asintió comprendiendo.

-Y tu mamá debe estar preocupada porque no sueles sacar menos de un nueve -mencionó lo obvio.

Empujó la puerta y ambos salimos de la escuela, dándonos cuenta que el estacionamiento estaba infestado por chicos que apenas salían de sus extracurriculares con sus propios autos y por la larga fila de aquellos que tomaban el autobús. Intenté buscar el Honda plateado que acostumbraba a venir por Carrie pero el puesto que solía usar, estaba vacío.

-Ey, ¿ya se fue? -Descansé las manos en mis caderas-. Pensé que iríamos a su casa. Es martes. Siempre hay martes de sándwiches en su casa.

-No hoy. Tiene una cita con un diseñador. Algo para el nuevo traje de las chicas... ¿Quieres que le diga a mamá que te llevemos? -Lo vi sacar una libreta con brillantina fucsia de su mochila y luego me ofreció una breve sonrisa tímida.

Tildé la cabeza, frunciendo los labios, pero antes de que yo pudiera preguntar de quién era, él añadió:
-Sólo debo entregarle esto a Julie.

-¿Julie? ¿La chica del piano? ¿Por qué tienes su libreta?

Recordaba vagamente cómo Carrie la mencionaba todo el tiempo el año pasado. Es más, en tiempos anteriores, yo había intentado tener más amigos y Julie se veía como una buena opción cuando pasaban tiempo juntas, pero nunca hice mucho esfuerzo en involucrarme en otro círculo social que no fuese el de Nick o Carrie. Y ella ya no formaba parte de ninguno.

Starlight |Julie and the phantoms|Where stories live. Discover now