Capítulo XI: ¿Vivir por el mañana realmente valía la pena?

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—¿Aún puede vernos?

—No sé.

—Claro que sí. Está ignorándonos.

Terminé de colorear el Apolo 8 a un costado de la página del trabajo de física sobre el movimiento rectilíneo uniforme. Lo hice dos veces sólo para asegurarme que saldría bien mañana lunes, a raíz de ello, la mesa en la sala se encontraba desordenada, llena de colores y bolígrafos de gel.

—Yo creo que no puede vernos otra vez.

Escuché un ligero golpe y luego un quejido. Presioné los labios juntos y escribí mi nombre al final de la hoja.

—Claro que nos está viendo, chicos —decretó con burla.

El sonido de la puerta abriéndose y segundos después cerrándose me hizo pensar que era mamá por los tacones chocar contra el suelo de cerámica. Me puse de pie, el frío suelo debajo de mis pies ocasionó un suave escalofrío y caminé hacia el pasillo de la entrada, haciendo una burbuja de chicle de frutas tropicales.

Estaba sorprendida de ver a Carrie. Y no lucía contenta.

Me lanzó las llaves y a duras penas las atrapé antes de que se estrellaran en mi cara.

—Tu mamá estaba en casa. Le dije que vendría a verte.

—Gracias por...

Algo sonó en la sala y tensé la mandíbula. Carrie elevó una ceja y sin decir más nada se dirigió a esa parte. Sentí que vomitaría y el aire se acabó por un momento. No me gustaba la sensación de miedo que surgió en mi cuerpo cuando tuve que perseguirla.

Uno de los vasos llenos de bolígrafos estaba en el suelo y cada bolígrafo, esparcido por todos lados.

Así no estaba antes.

Cuando se giró a verme, los tres chicos estaban de pie justo detrás de ella en el mueble. Sabía exactamente quién lo había tirado. Y también conocía que no se trataba de un accidente. Porque tiene una mueca retadora en su cara enmarcada por los risos sueltos.

—Bonita número dos no nos vio.

Ignoré eso y me enfoqué en Carrie.

—¿Estás segura de que vas con la orientadora? —espetó. Por el rabillo del ojo noté la mueca que hicieron los tres ante la pregunta—. Porque déjame decirte que no se nota. Estás actuando aún más rara que antes... ¿Ahora eres amiga de Julie Molina? ¿Qué te ocurre?

—Carrie, es una buena chica. Pero no somos amigas.

—¡La estás eligiendo antes que a mí! —bramó. Mordí mi mejilla y la vi en silencio. Necesitaba descargarse y era preferible que lo hiciera ahora—. Tú, Nick. Todos. La están poniendo a ella de primera. ¿Qué es lo que está mal con ustedes?

—Como que a tu prima no le gusta nadita Julie.

Volví a ignorarlo.

—¿Fue algo que hice yo?

—No, Carrie. Es sólo que...

Bufó, meneando la cabeza—. Vas a defenderla otra vez. Lo sabía. ¿Me vas a decir la misma excusa que dijo Nick? Porque sería patético.

—No. No voy a defenderla. No veo la gran cosa. Tocó en la presentación y fue genial. Tú querías que tocara hace algunos meses atrás, ¿por qué ahora estás tan enfadada?

Me vio furiosa—. Eres justo como Kayla, ¿no es así? ¿Es por los chicos esos? Ese chico de camisa de cuadros de la banda le coqueteó y ella cayó completita. — Gruñó con irritación—. ¿Con cuál de todos estás saliendo? ¿Mi tía lo sabe?

Starlight |Julie and the phantoms|Where stories live. Discover now