Las palabras So Ji, la madre de Theo, resonaron en mi cabeza. Ella tenía razón, y aprecio mucho sus consejos para asimilar la ausencia de las personas que más amamos, empero, me sigue pareciendo igual de tortuoso.

—No llores, amor — me rogó Theo. Ni siquiera me había dado cuenta en qué momento había empezado a hacerlo.

— Ella merecía el mundo, Theo. Merecía mucho más — sollocé.

— Ella está en un lugar mejor, pescadito.

Poco después, bajamos las escaleras tomados de la mano encaminándonos al comedor. Noah está conversando amenamente con Alexander, ambos reían a carcajadas; Raysa estaba enseñándoles a So Ji y Seok su libro de investigación sobre la mitología griega, es una amante del tema.

Theo aclaró la garganta para llamar su atención. Ellos centraron su mirada en nosotros con atención.

— Ya era hora. Moría de hambre — se quejó Alexander.

—No seas crío — replicó Theo, mientras me jalaba la silla para poderme sentar y luego se sentó junto a mí.

Los empleados entraron al comedor añadiendo nuestra comida a la mesa, era un banquete para mis ojos. Estaban mis comidas coreanas favoritas como, por ejemplo, kimchijjigae, kimbap, bibimbap, haemul, kimchi, etc.

So Ji sonrió ampliamente al ver mi reacción ante la comida.

— ¿Qué es eso? — preguntó Noah curioso, señalando el plato de colores naranja, rojo, amarillo, negro y verde.

Volteé a ver a Noah algo incómoda por cómo el tono que había utilizado al referirse al bibimbap. Lo menos que quiero ahora es que ofenda a la madre de Theo o a mi prometido.

— Oh, su excelencia, es bibimbap. Su nombre significa "arroz mezclado", porque en la base lleva arroz, y encima se agrega el tipo de vegetales y carne a elección — le explicó cariñosamente, mi futura suegra. El rubor subió a mis mejillas.

No estoy acostumbrada a que la familia de Theo o mis amigos traten con pleitesía a mi familia. Es sumamente incómodo.

— So Ji, no es necesario que lo llame "su excelencia", somos prácticamente familia. Y entre nosotros no es necesario. Estamos en confianza — hablé con naturalidad.

— A mí no me molesta que me llamen así. Soy el próximo monarca de Melusina y... — respondió Noah comiendo lo que habían colocado en su plato.

— Noah... — lo regañé.

Theo me apretó la pierna por debajo de la mesa para hacerme recordar nuestra conversación anterior con respecto a mi hermano.

— Vale, vale, Sophie. No hagas hígado, que mis sobrinos saldrán tan amargados como nuestra hermana — habló tan rápido, que ni siquiera tomó en cuenta lo que decía. Se calló por varios segundos, pero luego continuó —. Pensándolo bien, creo que te haré enojar mucho, quizás así tengamos a otra mini Aitanay tan renegona como su tía — comentó con nostalgia.

Bajé la mirada a mi plato.

— Oye, insecto, come rápido que debo mostrarte una joyita de película. Así que avanza, si no vendrán a recogerte y no podremos terminarla — intervino Alex.

Alexander fue el único que supo llegar a ganarse la confianza de mi hermano, jugaban juntos cada vez que venía, miraban películas, intercambiaban conocimientos de sus realidades, me hacían bromas —lo único que odié —, se devoraban todo lo que había en el refrigerador y bailaban. Mientras que con Theo, no hablaban mucho, solo eran cordiales, y aunque mi mono intentó acercarse a Noah, no funcionó.

AMAR ENTRE REINOS [02]Where stories live. Discover now