—Ashley —dijo. Intentó sonar firme, pero su voz salió algo más débil y apagada de lo que él pretendía. 

—¡Ya sé como me llamo, joder! —exclamó ella, dando un paso atrás. Los miró uno a uno, empezando por Kie y acabando por JJ. Sin apartar la mirada de él, añadió: —. Tenemos que detenerlo antes de que haga algo y vaya a la cárcel. No puedo perderlo. No puedo... —Lee empezó a hablar a gran velocidad, sintiendo las lágrimas empezar a caer por sus mejillas. Kie y Pope se miraron entre ellos.

—Kie y yo podemos ir a buscarlo. Vosotros dos os podéis quedar aquí, por si vuelve —propuso el moreno. JJ y Lee lo miraron de reojo y, aunque el rubio abrió la boca para responder, Lee negó con la cabeza muy rápidamente.

—No —respondió. Pasó sus manos por su cara, intentando eliminar cualquier rastro de las lágrimas, y miró a Pope —. No puedo... No puedo quedarme aquí.

—Sí, sí que puedes —intervino Kiara, acercándose a ella. La pecosa la miró y, al ver a su mejor amiga asentir con la cabeza, ella asintió muy lentamente. Lee cerró los ojos, apartándose un poco de los demás para tranquilizarse. Cogió una gran bocanada de aire, en un intento de aliviar el dolor que sentía en el pecho, y miró directamente JJ, para después, colocarse justo delante de él.

—Vete —dijo. Él, aunque Kie y Pope parecían algo confusos, asintió con la cabeza, comprendiendo que Lee quería que fuera él a por John B porque, al fin y al cabo, JJ y ella lo conocían mejor que nadie.

—¿Segura de que...

—J —dijo Lee, llevando, de nuevo, las manos a su cabeza. El rubio la miró, mordiéndose la piel del labio y con los ojos algo humedecidos —, vete a buscarlo. Mi hermano te necesita. 

JJ quiso llevarle la contraria y decirle que quería estar con ella porque ella tampoco estaba bien, pero, eso, habría sido muy egoísta por su parte. Sabía que Lee estaba esforzándose para no desmoronarse delante de todos y para mantener la calma porque, para ella, su prioridad en aquel momento, era asegurarse de que su hermano no hiciera ninguna locura de la que podría arrepentirse durante el resto de su vida. 

—Está bien —susurró, asintiendo, de nuevo, con la cabeza. Lee, sintiendo que respirar se le estaba empezando a hacer complicado, dio varios pasos hacia atrás y apartó la mirada del rubio —. Oye... —JJ estiró el brazo y cogió su mano, parar tirar de ella hacia él —, ven aquí. 

Lee dejó que JJ la abrazara y apoyó su frente en el pecho del rubio. Él, con los brazos alrededor del cuerpo de Lee, apoyó la barbilla sobre su cabeza y cerró los ojos, eliminando el exceso de lágrimas que se había acumulado en ellos. Se mordió el labio para evitar soltar un sollozo y cogió aire, haciendo que Lee levantara ligeramente la cabeza para mirarlo.

—JJ...

—Todo va a ir bien —dijo el rubio. Ella dio un pequeño paso hacia atrás y asintió con la cabeza —. Vamos a encontrar a tu hermano y vais a estar bien los dos, ¿vale? 

JJ puso las manos en la cara de Lee y, con los pulgares, le limpió un par de lágrimas, mientras ella asentía, de nuevo, con la cabeza. La pecosa, aunque no quería quedarse en su casa porque no se veía capaz de estar tranquila hasta que no viera a su hermano sano y salvo, tampoco se veía con fuerzas para discutirle a sus amigos. Mirando a JJ a los ojos, le dio un apretón en la mano y siguió asintiendo con la cabeza hasta que él se separó de ella.

Como si hubiera sido la señal que ella estaba esperando, Lee se giró sobre sí misma y se alejó de ellos hasta que estuvo en el interior de su casa, cerrando la puerta detrás de sí con fuerza. El portazo hizo que JJ, Pope y Kie se sobresaltaran y se miraran entre ellos.

fearless || jj maybankWhere stories live. Discover now