4.6. Rencor

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Título Alternativo: Razones para un asesinato: La gente no te obedece.

[...]

El día había iniciado mal y no dejo de empeorar conforme transcurrieron las horas.

La resaca del día anterior lo obligó a quedarse en cama durante el desayuno mientras Nemuri le masajeaba las sienes y le ofrecía traguitos de medicina para calmar el dolor de cabeza y estómago. Mientras ella trabajaba, el Emperador revivía los eventos del día anterior especialmente la revelación del Príncipe de Ame, todo lo demás era apenas una nota al pie de página.

"Aceptaré casarme con el Tercer Príncipe"

No sabía que lo enfurecía más, la petición que sonaba más a exigencia, o el hecho de que todo parecía indicar que la idea había sido sugerencia de su hijo.

"¿Crees que voy a dejar que te largues?"

Durante su reunión matutina con Hakamata no dejo de pensar en opciones para lidiar con ese asunto. Hacia el almuerzo había ideado un plan para deshacerse del pretendiente de Ame, y considerando que Neito tampoco había reaccionado bien a la sola mención de ese compromiso podía contar con él para buscar una opción más apropiada. Y su hijo nunca lo había decepcionado.

Eso lo conducía a su reunión con el autoproclamado Cuarto Príncipe de Ame, que entró a la sala de reuniones a paso marcial exhibiendo un porte distinguido, aunque eso no garantizaba que dijera la verdad en cuanto a su identidad.

—Majestad —saludo su invitado antes de ofrecerle una reverencia formal para después arrodillarse al otro lado de la mesa que sostenía un servicio de té humeante y bocadillos de naranja—. Gracias por concederme una audiencia.

—Gracias a ti por venir, sé que oficialmente debería referirme a ti como Alteza considerando tu posición, pero espero comprendas que esta revelación repentina ha hecho sonar algunas alarmas entre mi gente y por tanto preferiría mantener la informalidad hasta no recibir una garantía por escrito de tu identidad.

—Lo entiendo, Majestad.

—Bien. Me han dicho que el oficial Takami se ha marchado esta mañana.

—Así es, le he ordenado notificar a mi padre de mis intenciones para que él pueda enviar una prueba oficial con el sello real.

—Me alegra oír eso, mientras tanto eres bienvenido para permanecer en el palacio el tiempo que sea necesario. Se te asignará un mayordomo que coordinará tus comidas y te ofrecerá cualquier comodidad que necesites.

—Gracias, Majestad.

—También he hablado con el Segundo Príncipe, para que te presente a los jóvenes de la corte a fin de que tu estancia aquí sea lo más llevadera posible.

—No es necesario, Majestad.

—Debo insistir. En dos días el palacio se vaciará y todos nuestros invitados volverán a casa, quienes se quedan cuentan con sus propios círculos privados y entretenimientos, y no sería apropiado de mi parte permitir que uno de mis invitados se sienta excluido.

—Agradezco su atención, Majestad, pero...

—Está decidido entonces, Neito se reunirá contigo para ultimar los detalles. Por lo que sé sus reuniones sociales son eventos extraordinarios y sé que encontrarás gente interesante en ellos.

—Realmente no soy una persona aficionada a las fiestas, Majestad.

—Y yo no soy una persona que tenga por costumbre considerar pretendientes para mis hijos sin antes conocerlos.

HanamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora