2.12. Voluntad

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Título Alternativo: Los Príncipes no se acobardan, Denki.

[...]

Denki apretó los ojos y se tironeó el pelo, frustrado.

<¡Sistema!>

Pero el Sistema no le contestó, lo cual era obvio dado que Denki había agotado sus preguntas mensuales y las nuevas restricciones le impedían interactuar con él. En ese momento se sentía como un caballo persiguiendo una zanahoria, siempre un paso detrás, llegando a una meta simplemente para descubrir que tenía que seguir.

Había luchado para evitar morirse; estaba luchando por garantizar la supervivencia de Shinsou, y si de algo estaba seguro era de que haría todo lo que estuviera en su mano para salvar a Aizawa.

No debo cambiar la trama, se dijo y al mismo tiempo se recordó que podía alterarla si tenía cuidado. No basta con centrarme en mis objetivos, no cuando las amenazas surgen como la mala hierba. Debo tener iniciativa; adelantarme a la trama... ¿Qué había dicho Neito?... Necesito leer y aprender.

Hasta ese momento se había contentado con hojear los libros para aprender los detalles más curiosos de ese mundo: Nombres de bestias, festividades, geografía y agricultura. También se había dado a la tarea de conocer los nombres de los oficiales de la corte... pero no era suficiente.

Tengo que empezar a actuar como un verdadero príncipe y no como el hijo enfermo que no sabe nada. Tengo que cambiar las cosas.

Lleno de resolución, Denki se dio a la tarea de leer sus objetivos una y otra vez hasta que pudo memorizarlos.

Muy bien, tenemos que ser proactivos. Hay que ganarse a ese prometido, conseguir una alianza, evitar morirme y cambiar el destino de la gente que me importa, pero primero lo primero, alejar a Shinsou de Noche.

Denki se enderezó con cuidado y consideró cuidadosamente la situación, después volvió sobre sus pasos hasta la cocina.

—Ina —dijo apenas cruzó la puerta sorprendiendo a las dos mujeres que cenaban, pero esta vez no se disculpó— prepara tus cosas: Un baúl con tu ropa y todo lo necesario; vamos a pasar unos días en el palacio y necesito que vengas conmigo. Saya, quiero que vayas al palacio y le digas al sirviente que te reciba que los baúles del Tercer Príncipe están listos, que necesitas ayuda para trasladarlos hasta allá. Cuando vuelvas con ayuda muestrales los baúles que están en mi habitación. Te veré en el palacio, Ina, ellos te indicarán tus habitaciones y de ser posible asegúrate de que mi habitación este lista. Siendo que Toka no está, eres tú, Saya, quien cuidará de la casa. Mizushima volverá cuando termine con el encargo de Izuku, así que evita dejar la casa sola a menos que sea necesario; si necesitas algo no dudes en ir a buscarme. ¿He sido claro?

—Sí, Alteza.

Denki se marchó sin despedirse y después se encaminó hacia la puerta principal donde tuvo que ponerse los zapatos. Salió a la calle confiando en no atraer la atención pues no llevaba sus túnicas elegantes sino su vestimenta sencilla que utilizaba para pasearse por la casa. Sin perder tiempo siguió por el camino hasta las barracas de los soldados y entonces se apretó las manos indeciso. Fue una verdadera suerte que en ese momento reconociera a uno de los guardias que patrullaba las calles.

—Hey —saludó acercándose a él.

El muchacho de pelo negro parpadeó con sorpresa, aunque su confusión fue momentánea.

—¡¿Alteza?!

—Shh —replicó Denki deteniéndose frente a él— Tu nombre es Sero, ¿verdad?

HanamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora