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—Mi señor, lamento informarle que seguimos sin tener rastro de la criatura que nos fue arrebatada. Después de la ejecución del traidor perdimos todo sobre la ubicación de ella. —notificaba un hombre que tenía su rostro cubierto

—Entiendo. Moviliza a todos tus hombres y sigan rastreando. Se nos acaba el tiempo para encontrarla —dijo el superior con un tono molesto. —Cualquier rastro de su reiatsu que sea encontrado, siganlo para llegar a ella. De lo contrario los dioses estarán completamente furiosos al no haber podido brindar un digno sacrificio en todos estos años

—Disculpe mi atrevimiento señor... pero ¿por qué no buscamos a otra recién nacida? Quizás alguien que pertenezca a los últimos distritos  haya concebido una niña —

—No servirá de nada Tatsumi. Solo enfocate en buscar a la cría y traela ante mi. Si no cumples con tu misión usaré tu cabeza como vasija después de haberla separado de tu cuerpo — Lo miraba con furia — Así que largate y buscala

—Lo lamento señor. Iré enseguida — el hombre que respondía al nombre de Tatsumi hizo una reverencia y se retiró dejando a solas a su superior quien se encontraba furioso.

El hombre mayor caminaba en círculos en la sala pensando en donde se podría encontrar la niña a la que llamaban sacrificio. De repente un fuerte dolor de cabeza lo atacó causando desesperación en él, inmediatamente salió de la sala y se dirigió a otra habitación donde había una pequeña vasija con un espeso líquido rojo y bebió todo el contenido dejando derramar unas cuantas gotas manchando el piso y su kimono. Regresó la vasija a su lugar y se arrodilló sosteniendo su cabeza.

—Debo encontrar a esa maldita perra antes que la perra pelinegra lo haga... Si ella la encuentra antes que yo logrará romper los sellos y liberará de nuevo el mal sobre este mundo. No lo permitiré... Si ellos regresan perderé todo esto y me asesinaran

—Oye abuelo ¿qué ocurre?

—No lo permitiré...

—Abuelo ¡hey!

—¿Ah? Ah, solo eres tú. ¿Qué haces aquí? Este es un lugar santo por lo tanto no puedes entrar

—Si si, claro. Si es tan santo ¿por qué esta sucio el piso?

—Kyogai...

—Eres amargado, abuelo. Estoy aquí porque posiblemente encontré una candidata potencial para convertirse en mi esposa

—Ya era hora Kyogai. Tus 5 hermanos ya tienen esposa e hijos así que tu también deberías seguir sus pasos siendo el menor

—Como digas, abuelo... Aunque es algo precipitado que hayas obligado a  mis hermanos a casarse y tener hijos

—Es para mantener el linaje de los Akita, imbécil. ¿Olvidas que tu padre y tus tíos han muerto ya? La responsabilidad cae sobre ustedes los más jóvenes, y después sobre sus hijos

—Si me caso y mi mujer se embaraza ¿estaría mal que la criatura sea una niña?

—Es preferible que sea varón, pero si llegas a tener más de 1 hijo no importaría ya que se uniría al grupo de Makio 

—Entonces no me preocupo — Kyogai soltó un suspiro prolongado —Nos vemos abuelo— Finalizando se retiró de la sala dejando a su abuelo solo de nuevo.

—Ese idiota... —dijo levantandose cuidadosamente. —De todos modos... Yo, Kenichi Akita. No permitiré que la oscuridad gobierne este mundo, haré lo que sea necesario para detener a esa escoria. —Salió de la pequeña habitación y se dirigió a la sala del trono, tomó asiento y mantuvo los ojos cerrados para que la luz no le lastimara y aumentara el dolor de cabeza que no menguaba. Para su fortuna no había nadie alrededor que pudiera molestarlo, sólo él y el calor que brindaban las llamas a su alrededor que marcaban la línea donde podían estar los plebeyos y subordinados. Con cada minuto que pasaba el líquido que había bebido surtía efecto y su dolor disminuía. 

𝑳𝑨 𝑭𝑳𝑶𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶 ~𝑨𝑰𝒁𝑬𝑵 𝒙 𝑶𝑪~Where stories live. Discover now