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—Hey, Aizen — llamó uno de sus compañeros

—¿Qué sucede?

—¿Cuándo entrenaremos? Debes mejorar tus habilidades

—No se cuando pueda, Tadashi

—¿Hablaste con tus superiores?

—Aún no, pero aunque lo hubiera hecho no me habrían dado autorización

—Eso es malo, no tienes una buena relación con ellos.

—No me había dado cuenta

Tadashi río ante el sarcasmo del menor así que le dio unas palmaditas en la cabeza

—Asegurate de venir con nosotros en cuanto puedas. Yo debo ir al mundo de los vivos así que no estaré por esta semana. Nos vemos luego — Se adelantó e hizo un ademán despidiéndose.

—Nos vemos.

Siendo sincero consigo mismo, Tadashi era el que más le agradaba de todos. Podía hablar de cualquier cosa con él y Tadashi respondería. Era un joven interesante, alguien como Shoko.

Aunque no entrenaba mucho con él.

Katsuo era quien lo ha entrenado durante unos meses, sin embargo, no había conseguido un gran avance. Katsuo era algo explosivo y desesperado, por lo tanto no era alguien que pudiera explicar lo que debía hacer.

Él era más de hacer demostraciones. Además lo obligaba a responder sus ataques, pero Aizen no conseguía entender por completo lo que era correcto.

Era mucho trabajo, pero debía hacerse fuerte.

Quería ser fuerte para Shoko, para que ella estuviera orgullosa de él.

Así no debería depender de nadie.

Quizá era algo tonto, pero recordar la sonrisa de la castaña le hacía sentir bien.

Estando en las barracas de su escuadrón siempre trabajaba con el papeleo de su teniente y su capitán, y en su tiempo libre entrenaba.

Era su nueva rutina.

Y se sentía bien.

Era un sentimiento agradable.

—¡Aizen!

Esa voz era de Katsuo, no había duda.

—Buenas tardes, Katsuo

—Despues de todo este tiempo sigues siendo formal ¿vendrás a las barracas del escuadrón 11?

—Terminé todos mis deberes así que sí, iré.

—¡Ese es mi muchacho! Todo un joven responsable. Como sea ¡vamos!

Katsuo lo tomó del brazo y lo arrastró con él hacia las barracas del escuadrón 11.
Para Katsuo era sumamente fácil, después de todo era el más fuerte si se trataba de musculatura, y el más alto, incluso más que su capitán.

—Comencemos, enano

—Sí

Katsuo le lanzó una espada de madera y su entrenamiento en el Dojo.

Los movimientos de Aizen no era certeros, aún dudaba,pero hacía el intento.

Los de Katsuo, en cambio, eran más rápidos, firmes, ágiles.

—No estas concentrado

—Lo estoy

—No, no lo estas. Hoy tu avance ha disminuido, la semana pasada pudiste seguirme el ritmo ¿Pasó algo?

𝑳𝑨 𝑭𝑳𝑶𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶 ~𝑨𝑰𝒁𝑬𝑵 𝒙 𝑶𝑪~Where stories live. Discover now