𝑳𝑨 𝑭𝑳𝑶𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶 ~𝑨𝑰𝒁𝑬𝑵 𝒙 𝑶𝑪~

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~Recuerdos~

-Me gustaría que el mundo estuviera lleno de paz y tranquilidad para estar siempre juntos hermanito

-A mi también me gustaría pero lamentablemente la misera presencia del hombre trae conflictos, no importa si esta solo o acompañado, esta en su naturaleza provocar caos

-¿Nosotros somos así hermano?

-Todos tenemos aunque sea una pequeña pizca de maldad en nuestros corazones pero si lo controlas puedes hacer cosas buenas y esa maldad no crecerá

-Yo no creo que tu seas malo, siempre cuidas de mi a costa de tu seguridad y eso te hace la persona más pura que conozco. Cuando sea grande te protegeré como lo haces tú por mi

-Pulga...-si tan solo la pequeña supiera todo el daño que él provocó no se lo perdonaría -Yo no creo ser alguien bueno pero hago lo que puedo por mantenerte a salvo, después de todo soy tu hermano y siempre cuidaré de ti.

-Gracias hermanito- la pequeña recostó su cabeza en el hombro derecho del mayor y se quedó profundamente dormida. El joven se mantenía alerta por si algún peligro para la niña se presentaba pero últimamente no había nada que pudiera dañarla, era como si al fin los hubiera perdido por completo pero no podía confiarse o ella resultaría herida igual que hace unos años y no se lo perdonaría. Debía cuidarla sin importar que, ese era su deber después de todo.

No sabía que le depararía el futuro, solo deseaba que ella estuviera a salvo, que pudiera tener una vida feliz junto a las personas que apreciara. Era una niña buena con un corazón puro que no merecía sufrir. Si no fuera porque era detestada por los Akita ella tendría una buena vida llena de felicidad y amor pero lamentablemente el destino no lo permitía.
-Quizás este sea tu destino, pero debes ser lo suficientemente fuerte para soportarlo. No importa si caes y te llenas de barro, no importa el dolor, avanza, sigue adelante y corta la desesperación mi pequeña. Vive por los caídos, por aquellos que sacrificaron sus vidas por mantenerte a salvo-. La miró y puso sostuvo la mano de la pequeña, desvío su mirada y notó que ya estaba oscureciendo, debía buscar refugio antes de que llegara la luz de la luna y antes de que algo inoportuno se hiciera presente.