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—¡Maldita! Si te golpeamos es para que llores ¡no para que te resistas! —Gritaba Goro

—No haré lo que ustedes quieran, seres repugnantes — contestó Shoko intentando esquivar los golpes del mayor

—Shoko, querida, veo que hoy tienes energía. Eso es algo bueno ¿acaso es porque vine a verte?

—Tienes autoestima alta, pero es erróneo ¡eres un maldito cerdo asqueroso!

—Mi querida y hermosa...

—¡Basta! ¡No permitiré que digas más mi nombre con esa boca tuya! ¡Completamente desagradable!

—Me gusta que seas así, tan obstinada y nada sumisa

—¡No me hables! Es totalmente repulsivo ¡¿Por qué alguien como tú tendría el derecho de lastimarme?! — Seguía esquivando los golpes de él, Hachiro por su parte, estaba recargado en el marco de la puerta con su rostro frío admirando la escena

—Querida, tengo el derecho de hacer lo que quiera contigo porque el amo Hakuji me lo otorgó y sus órdenes son absolutas e incuestionables. Así que esa es la razón

Shoko, tenía una completa mueca de asco, ella no era del tipo de persona que juzgaban al resto por su físico. Pero Goro, era una abominación ¿como alguien como él podría haber nacido? Su rostro era repugnante e incómodo de ver, su voz era como un cerdo combinado con un burro relinchando. Goro se acercó a ella arrincondandola, Shoko no tenía escapatoria de las asquerosas manos del hombre ¿o sí? Había un pequeño espacio en donde podría escapar e él y golpearlo, lo pensó bien y aceptó su idea, pero olvido considerar que estaba débil y sus heridas sensibles.

La castaña corrió y logró escapar de él, se dió la vuelta y le proporcionó una patada en la pesalda pero Goro al ser más alto atrapó su pie y se acercó aún más a ella. Soltó su pie y la tomó firmemente de los brazos aprisionandola.

—Te tengo —canturreó acercando su rostro al de ella

—¡Suéltame bastardo! ¡alejate de mi! 

Por mucho que forcejeara no podía librarse de él. Ni siquiera pateando sus piernas o su abdomen, era una roca, incluso le provocaba más dolor a Shoko.

—Bien bien, juguemos un poco mi linda señorita ¿te parece si jugamos a besarnos? 

—¡Te dije que preferiría besar a un sapo antes que a ti! — repitiendo la acción de la vez pasada, Shoko le escupió pero esta vez, Goro no parecía molesto, al contrario, sonrió ampliamente

—Yo empezaré — Se acercó aún más y depositó un beso en la mejilla de ella generando que Shoko temblara, pero eso no impidió que siguiera pateando.

Goro se acercaba a los labios de la joven con cada beso y Shoko no podía resisitir así que comenzó a gritar, esta viviendo lo de la vez pasada. Se sentía mal, sucia, si ese hombre llegaba a tocarla aún más... no sabría que hacer. Estaba inmovilizada, su mente no trabajaba tan bien como de costumbre, no lograba pensar en que hacer para liberarse, no había nadie que la ayudara como la vez en que lo hizo Naomi. Literalmente estaba atada de manos.

—¡Goro, detente! 

—¿Eh? 

—¡Llevo minutos llamandote y no me prestabas atención, maldito inútil! 

Hachiro parecía molesto, el rostro que siempre lucía monótono ahora estaba lleno de ira. Se acercó a ambos y golpeó en el rostro a Goro haciendo que soltara a Shoko, Hachiro la tomó en brazos pero no de forma brusca, fue delicado y la llevó a un rincón y la sentó en el suelo para regresar con Goro y golpearlo esta vez en el abdomen. Shoko estaba en shock, no solo por lo que estaba por hacer Goro, sino porque Hachiro lo detuvo además de golpearlo y hacer que este se arrodillara a causa del dolor.

𝑳𝑨 𝑭𝑳𝑶𝑹 𝑫𝑬𝑳 𝑰𝑵𝑭𝑰𝑬𝑹𝑵𝑶 ~𝑨𝑰𝒁𝑬𝑵 𝒙 𝑶𝑪~Where stories live. Discover now