Capítulo 26. Seúl Frío II

822 76 145
                                    

SERENA.

Es más que suficiente el sentir sus colmillos afilados clavados sobre mi hombro, casi cerca de mi clavícula, no pude romperle los dientes como había jurado, no lo hice ¿por qué no lo hice?.

Suelto un suspiro desquiciado mientras estamos en el bar del Hotel, toco la pantalla de mi celular con la llema de mi dedo haciendo que prenda por arte de magia...4:01pm. Es Viernes, ¡todavía es Viernes!.

—¿Entonces? —interrogó sin soltar aquel shot de tequila ¿¡A qué diablos iba con esa pregunta luego de interrumpir mis recuerdos!?. —Me besaras mañana por la noche —comentó.

—No se supone que sería sopresa —agregué inaudita.

—¿Sopresa?.

—Si.

—Haz que no escuchaste nada -dijo bebiendo de su shot.

Arque una ceja al ver como levantaba la mano para otro, -¡Deja de beber Absolem! Basta.

Imitó mi arqueado de ceja obedeciendo. Bonito perrito, quizá debería ser un gusano bonito.

-Oye mi acosadora -dijo tensando la quijada.

-¿¡Si?!.

-Aún es noviembre y dentro de ocho días habrá una fiesta de disfraces...

Interrumpí, -Dije que no asistiría a fiestas.

-Solo será un rato, iremos los dos, lo dice tu lista con reglas -se inclinó a mi, mientras su dedo tocaba la punta de mi nariz. -No seas aguafiestas mi acosadora, solo será un rato en las oscuras tinieblas.

Entre abrí la boca, -¿¡Qué diablos, sabes que le temo a los payasos?!.

-Payasos ja -respondió jugando con el pequeño vaso, por lo tanto se dedicó a esbozar una linda sonrisa. -Nunca mencioné payasos, mucho menos una casa llena de eso o ¿si?.

-Señorita -dijo una camarera.

-¿¡Si?!.

-¿Querrá la piña colada?

-Sin alcohol -agregó él después de unos instantes. -Sin alcohol, le quedo claro o juro que iré con su jefe a derramarle la copa -señalo con advertencia.

-Absolem no estás ebrio.

-Ebrio, no para nada.

Dude con mi mueca.

-¿Temperatura?.

-¿¡Temperatura!? No. -negó con rapidez.

-Estás caliente -sostuve sus mejillas.

Discreción, no discreción...puedo escuchar a mis ambos lados a mi Ángel subconciente y un pequeño demonio discutiendo.

-¡Vamos Sere quítale las gafas!- exclamó mi subconciente demonio.

-No te atrevas o te meteras en peoblemas con el badboy- dijo mi otro subconsciente Ángel.

-¡Basta, ahora no molesten! -susurré. -Pecas, tus pecas...-murmurllo entre dientes al darme cuenta que lo digo en voz alta. -No lo dije en voz alta o ¿¡si?!.

Carraspeo, -Si.

-Lo siento -reí apenada.

-Por cierto esa vez que fuiste a la fiesta de Morgan quería invitarte a comer Sushi Ryoshi, pero pensé que...

Interrumpí,-Si quieres en cuanto estemos en Japón de nuevo, me invitas.

Asintió.

La camarera trajo mi piña colada aparte mi libro de Culpa Tuya y bebí por lo tanto decidí prender mi celular para seguir editando una portada.

Mi Chico MillonarioOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz