Capítulo 25. La boda de Danya I

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SERENA.

"Beso sopresa parte 1".

—Serena ya levántate —escuché a mi madre decir mientras me despertaba agitandome de los hombros. —Vamos hija no querrás llegar mañana a Seúl —insiste con cierto reproche.

—Ma solo cinco minutos, es viernes —digo aún somnolienta.

—Pero el joven Darien  te está esperando afuera.

—¿¡Qué?!—grité exaltada.

—Te está esperando así que apresurate.

Suspiré.

Me levanté de la cama yendo directo a mi balcón, abrí las puertas mirándolo recargado en su puerta bebiendo ¿Quién diablos bebe licor a las cinco de la mañana?.

—Maldito —lo maldigo entre dientes al leer la hora de mi celular. —¿Qué haces aquí? —berre. —Son las cinco de la mañana.

—Mi acosadora, no lo recuerdas —respondió de la misma manera.

—¿Recordar qué? —fruncí el ceño.

—Que me dijiste exactamente a esa hora.

Rodé los ojos al ver mi calendario y algo así como alarma de recordatorio.

—Serena apresurate no quieres hacer esperar al joven Darien.

Voce,—Voy. Dame cinco minutos y bajó.

Volví a entrar a mi cuarto guardando lo necesario en mi maleta de escandalosos, sobre todo el vestido de Danya en una caja grande forrada de una tela lavanda.

Escuché el claxón de desesperación de mi Absolem, —Diablos, diablos por que no preparaste las cosas con tiempo —me digo a mi misma.

Sostengo las maletas con ambas manos, al bajar de las escaleras veo a Luna echada en uno de los escalones.

—Vamos Luna haste aún lado que tengo a alguien desesperado afuera.

Bajé concuidado tratando de no pisarla pero mi agujeta atada se desamarro haciendo que cayera y me topará con ese pecho duró y firme.

—Así o ¿más cuidadosa? —preguntó con sarcasmo.

—Me estabas presionado con la bocina de tu auto.

Siguió sonriendo,—No mi acosadora, recargue mi codo sobre él. Lo siento.

Lo miré incrédula,—¿Sabes cómo llegar hasta Seúl en auto?.

Asintió.

Mi madre se acercó con una caja de galletas de nutella recién salidas del horno.

—¡Son para el camino!—advirtió al lanzarme una mirada profundamente penetrante y amenazadora de madre e hija. —Por cierto Serena no quiero que vayas vestida como si fuera mi funeral.

Carraspeo mi Absolem no sabía si quería reírse o cortar la conversación.

—Hay mamá.

—Bueno ya váyanse.

Mi Absolem salió ayudándome con las dos maletas, por lo tanto mi madre me detuvo antes de que saliera.

—¿¡Me llevó el vestido o tú...!?

Me interrumpe,—Tú dáselo a Danya, nosotros llegaremos mañana, por cierto toma.

La miré raro al ver un par de anticonceptivos,—Mamá.

—Anda ya váyanse no quieres llegar en la noche —dijo sacandome de la casa. —No olvides que tienes que decir eso.

—¿Qué eso?.

Mi Chico MillonarioWhere stories live. Discover now