Capítulo 10. Apuestas Prohibidas.

1K 112 128
                                    

𝒟𝒜ℛℐℰ𝒩.

Camine por el pasillo y los gritos de las chicas me agarraron desprevenido. Puse mi chaqueta sobre mi hombro, y bajé mis gafas para ver que era la sensación de aquello, oí un murmuro de las mismas chicas de ese viernes en la fiesta.

—¿Crees qué Ami le gané a Darien en el juego del ajedrez?—se le acercó tanto aquella chica peli café al oído. Su susurro no fue de lo más discreto.

Las miré a ambas,

Seguí hasta llegar con Aimi.

Me senté en la silla de la cafetería.

Mire a Ami. Va en tercer año, en la facultad de matemáticas financieras, es poderosa en esto de las apuestas ¡Que irónico, no! Le llaman la reina de las apuestas. Bajé mis gafas para poder verla. Su mirada azul oscuro es tan denomínate, como si con la mirada te estuviese diciendo >>ríndete, no ganarás <<, no solo eso su mirada es retadora. Su piel es tez blanca, unos labios pequeños, un rostro afinado...

Antes de mirarla me dije que mi acosadora estuviese ahí entre la multitud de los estudiantes de Misesny Kyoto, pero no, ni un solo rastro.

—¡Ha pasado tanto desde la última vez que nos vimos Darien! —bramo con un tono pícaro.

—¿Tanto? —enarqué una ceja con el mismo tono de burla.

—Las reglas son las siguientes.

—Ya sé cuáles son.

—Mejor decirlas a que hagas trampa.

—Ja ¿Crees que soy un tramposo Aimi?.

—Vampiro por favor —hizo un ademan, se encorvó para tomar la caja con las piezas del ajedrez —. Aquí vamos, serán 65 yenes, eso depende si ganas en la primera ronda. Debes anotar el tiempo...

Interrumpí —. No es la primera vez que me arriesgo a jugar contigo, reina del ajedrez —solté una risa burlona.

—Empecemos.

—A realizar apuestas prohibidas, suerte Aimi.

Total concentración, realmente los murmullos me desconcentraban algo, pero trate de no tomarle importancia. Mantuve la calma y proseguí, en cuanto moví la pieza toque el aparato, tipo cronometro para que Aimi jugará.

—Vamos cariño...

La ignoré.

—¡Perderás Wells!.

—No será fácil — dije al tirar con mi caballo su peón —. Auch, eso dolió Aimi —gruñí.

—Aún no se acaba.

Casi a punto de derribar su reina, solo estaba improvisando los ataques y su manera de jugar, así usando mi estrategia con la suya ganaría los 65 yenes por el juego.

—¿¡Indecisa Aimi!?.

—¡cállate! No me metas presión, ya sé cómo jugar a mi manera.

—Te estás tardando.

Deslizo la reina para ponerse en el cuadro, pero ella está muriendo en su propio juego, está muriendo en el intento. Tiene solo 2 piezas, de lo que he vencido. Ella pierde. ¿Nerviosa Aimi? ¿Nerviosa ella? Jamás luce tan frenética a esto, ¿Qué sucedió con la reina? Realmente una vez que te confías todo se viene abajo...

—No me ganarás —bramo alterada.

—Es un juego Aimi, creo que debes aprender a perder y no usar las mismas tácticas de siempre —añadí jocoso —Por una vez que pierdas, no dejarás de ser la reina del ajedrez. Llevamos dos partidas y te voy ganando, ríndete está vez, tú —tomé la pieza y puse mi reina cerca de la suya, tire de ella, sonreí —Jaque mate.

Mi Chico MillonarioWhere stories live. Discover now