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Y ahí se encontraba la señora Song, en las catacumbas con una antorcha en su mano izquierda, mirando con frialdad aquella tumba maldita, odiaba con todo su ser a ese ángel que solo desató dolor y sufrimiento para las siguientes generaciones, el que causo – según ella – una catástrofe, como lo era el suicidio de un elegido.

Su hada compañera estaba sentada en su hombro, pensando que era una mala idea.

La mayor se acercaba a pasos lentos y determinados hacia su destino, eso estaba escrito, como todo lo que paso antes de esto, ella debía llegar a este momento y el hada lo sabía, pero no debía advertirle al comunicador del grupo del ex elegido para que estén listos.

La mujer leyó el nombre, lo repaso, pero era casi inentendible, solo se podía distinguir el 'Jimin' en él.

Lo despreciaba.

Tal vez el enojo o todo lo que pasaba a su alrededor al fin iba a desembocar en algún lugar, aunque no sea el correcto, no en una tumba tan sagrada como lo era la de un ángel, ni siquiera pensó en su hijo, que era lo mismo que aquel que alguna vez vivió. No se detuvo a pensarlo otra vez cuando tiro la antorcha prendida e incendió el sepulcro, pero vio su error, abrió sus ojos con sorpresa y arrepentimiento al ver que el sepulcro del joven sanador recién fallecido también estaba quemándose, asustada y con el corazón palpitando a mil por hora se colocó su capucha y se retiró tan rápido como pudo, olvidando que tenía una pequeña testigo.








[...]








- ¡Atención, atención! – la profesora de ese turno gritaba para llamar la atención de sus desastrosos alumnos.

- ¡Silencio! – al fin, un buen silencio, la mujer sonrió y poso sus manos sobre los hombros de la joven muchacha de cabellos violetas. – Ella es Kim Sihyeon, su nueva compañera, por favor denle una cálida bienvenida y sean buenos. – Siéntate junto a la señorita Park Jiwon. – la profesora le señalo el lugar, ella un poco tímida se acercó, no sin antes admirar al hermoso chico de hace unos días, se mordió el labio, esperaba poder hablar con él, pero le daba vergüenza.

Al sentarse junto a la chica rubia le sonrió, colgó su mochila aun lado del asiento y empezó a sacar sus útiles, era la clase de biología, una de sus favoritas en su anterior colegio.

Sihyeon es una chica pacífica, retraída, reservada y sensible, una persona que se conmueve demasiado, ella deseaba saber que tanto ocultaba ese chico de lindas facciones, se veía frustrado y tenía enormes ojeras violáceas debajo de sus ojos, le daba mucha tristeza. Quería verlo sonreír, imaginaba lo linda que sería su sonrisa.

Jiwon, que estaba a su lado, ni siquiera notaba como su compañera de banco miraba con ojos de corazones a su otro compañero, solo se dedicaba a pensar en las palabras de la profesora Song, era extraño, pero sentía una inmensa curiosidad, además de notarla muy, pero muy extraña.

El timbre sonó, sobresaltando a la rubia sacándola de sus pensamientos, entonces escuchó la voz de la de cabellos violetas, con timidez, la menor había tocado su hombro con su dedo índice.

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora