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¿Cómo podríasmo describir los sentimientos de Mingi en unas palabras?

Sentía esa ira que recorría todo su cuerpo y que lo mantenía furioso, triste y recordando aquella trágica mañana. Había sido tan de repente que si quiera tuvo la oportunidad de despedirse o evitarlo.

Aunque podía sentir ese odio hacia Yeosang lo que más sentía era la culpa, la culpabilidad lo estaba debilitando cada día más, llevándose consigo al verdadero Mingi, ese que era todo sonrisas y optimismo, siendo cruelmente reemplazado por alguien inexpresivo casi indiferente, cambiaba tan rápido que sus amigos no sabían cómo detenerlo, se iba en frente de sus ojos, pero la mano que extendían era rechazada una y otra vez.

San era el más afectado, él conocía a Mingi de casi toda la vida, formaba parte de los recuerdos más valiosos de su infancia y adolescencia, ya casi no lo reconocía, su actitud había cambiado y era otra persona, de la noche a la mañana ya no era ese Song Mingi que conocía, solo un chico motivado por la venganza y sed de sangre.

Seonghwa, quién se había recuperado recientemente no podía parar de llorar, estaba tan roto por dentro como por fuera, aunque siempre se lo ocultaba a los chicos para que ellos se mantengan fuertes, porque eran su pilar y no debía dejarlos caer en ese pozo depresivo en el que estaba.

Park intentó muchas veces entablas una conversación con su menor de cabello rojizo, pero este se negaba completamente, lo ignoraba o escapaba, y si es que podían hablar con él siempre terminaba igual, con todos gritando, exaltados, llorando y separados.

¿Se estaba rompiendo su vínculo?

Tal vez lo único que los unía era eso, pero ahora todo había empeorado, no tenían una motivación real, intereses u otras cosas.

Eran ocho, ahora seis, chicos que luchaban contra algo inexplicable y de otro mundo, irreal.

El grupo se iba deshaciendo como un hielo en el desierto, solo quedando esos recuerdos bonitos donde estaban todos juntos, compartiendo risas y comida, esas peleas y cuando se iban conociendo, el primer momento donde se vieron, cuando cruzaron palabras. Quedó en el pasado y el pasado ya estaba hecho, no podían revivir a todas esas personas inocentes que murieron y tampoco traer de vuelta a Hongjoong, y si bien, intentarían salvar a Yeosang de cualquiera forma, no estaban seguros de si iba a funcionar.

Tenían tanto miedo, claro, solo son adolescentes enfrentándose a lo desconocido, no eran adultos, pero si estaban cerca de serlo. No tendrían que pasar por todo lo que pasaron, perder a sus familias, pasar por traumas o ser olvidados. Muchos eran niños cuando llegaron ahí, otros, tenían familias muy adineradas y ocupadas como para fijarse que hacían sus hijos.

Estos ocho adolescentes tenían personalidades diferentes y especiales a su manera.

Solo debían pasar la prueba que el destino les impuso.

- Bien, debemos pensar cómo atraer a Yeosang hacia nosotros. – San hablo sentado desde la otra punta de la habitación, sostenía un cuaderno en sus manos, solo miraba lo que había en él, no le dirigía la mirada a nadie más. - ¿Qué lees? Hace horas que no sueltas esa cosa. – Wooyoung le reclamó sentado desde el suelo, tenía el ceño fruncido y había estado fastidiado todo día. – Es un cuaderno de Hongjoong hyung, lo encontré debajo de su cama. – se encogió de hombros. - ¿En qué momento entraste ahí? - preguntó Jung. El mayor cerró el cuaderno y lo dejó sobre el escritorio. – Cuando discutía con Mingi.

- ¿De lo mismo? – Yunho jugaba con un cubo rubik que había encontrado por ahí. - ¿De qué más podría ser? – cuestiono. – Sigue enojado, se mantiene distante. – suspiro. Estaban todos igual de cansados, agotados.

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Where stories live. Discover now