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Especial Sanwoo

Omnisciente

Un buen día, soleado y hermoso, el sol brillaba con todo su esplendor los vendedores estaban felices y los niños del pequeño pueblo jugaban en las zonas verdes, algunos padres tomaban té o café en las bancas, otros estaban de picnic.

El grupo iba caminando en diferentes direcciones, comieron, rieron, hablaron, algunos más que otros.

- Lo odio, es irritante. – susurro Woo a Jong, quien estaba a su lado. No podía hablar mucho con Yeosang, este estaba ocupado parloteando con el rubio mayor, que le sonreía y le daba toques sutiles.

- ¿A San? Sé que es muy energético. – se encogió de hombros. – No, no es eso. Es que...siento algo y no sé qué es. – se mordió las uñas, estaba nervioso. Jong logró notarlo, pero no dijo nada, en algún momento tendría que suceder. – Siempre quiere competir conmigo, quiere pasarme por arriba, pero no lo dejaré. – negó, se veía tierno maldiciendo y sacudiendo su cabeza, sus cabellos negros seguían sus movimientos y eso le daba un aspecto angelical. – Creo que debes darle una oportunidad. – aconsejó el mayor sentado a su lado.

- Nunca.

Mingi salió de una tienda donde vendían antigüedades y se acercó a su mayor de cabellos blancos, le tendió una pequeña caja roja adornada con detalles dorados.

- ¿Qué es? – preguntó.

- Ábrelo.

El pelirrojo parecía ansioso, su sonrisa y esos ojos lo delataban. Wooyoung prefirió dejarlos solos con la otra pareja. Al voltear notó que Yunho, un chico que conocía poco, pero que era agradable, le compraba un osito a su pareja, parecían tan felices, hasta se dieron un piquito. Al desviar sus ojos, vio una escena que no le gustó nada. El pelinegro se encontraba apoyado contra un árbol, con aire se superioridad y coqueteaba con una chica, hasta le tocó la mejilla y acomodó su cabello. Young con una rabia inexplicable se acercó, no permitiría que ilusionará a esa pobre chica porque era eso. ¿no?

Al llegar ni lo pensó, tocó el hombro de la chica y esta confundida se dio la vuelta, dando la cara al extraño. Woo se quedó atónico. Posiblemente era la chica más linda que vio en su corta vida, ella tenía cabellas castaños algo rubios ante el sol y sus ojos algo grandes de color verde oscuro lo conquistaron, además de su tersa piel, parecía suave, sus labios eran delgados y rosados, sus cejas estaban perfectamente depiladas y sus pestañas largas les daban el toque a sus bonitos ojos.

- Disculpa, te robaré a mi amigo un momento. – dijo después de darse cuenta que lo miraba como idiota. – De acuerdo, me voy. Adiós San. – ella sonrió y beso la mejilla del contrarió, mientras que a él lo despidió con la mano. – Así que ahora rompes corazones. – dijo sin pelos en la lengua, el otro soltó una pequeña risa. – Ella me gusta. – eso dejó petrificado al menor. - ¿Desde cuándo? Claro, si se puede saber, porque en ningún momento te vi con ella. – se cruzó de brazos, alzando una de sus cejas y apoyando su peso sobre su pie derecho. - ¿Te importa? No somos amigos Wooyoung, no tienes por qué saber si me gustas o...- se quedó callado, intentando recomponerse. Mientras que Woo se quedó helado, con la boca abierta. - ¿Qué mierda dijiste? – cuestiono el menor. – Dije que no tienes por qué saber quién me gusta o no. – sacudió su cabeza. – No dijiste eso.

El ambiente entre ambos se puso algo pesado y tenso, las miradas cargadas de ese algo que no podían explicar y la energía que los consumía por dentro y los mandaba a hacer lo que no querían, pero a la vez sí, los confundía.

Wooyoung dio el primer peso, poniéndose de frente al pelinegro mayor y colocando sus brazos en su cuello.

- Te besaré.

Y sin esperar mucho tiempo más, se lanzó sobre él, mordiendo su labio inferior, para después meter su lengua invadiendo la boca del mayor con experiencia, este también chupo su lengua y colocó sus manos sobre la cintura del menor, apretándolo contra su cuerpo, sin dejar espacio entre ellos, mientras invadían sus bocas con fiereza sin vergüenza alguna en frente de todos ellos. Ni siquiera el grito de Yeosang los detuvo, seguían besándose con pasión, San bajaba sus manos lentamente hasta el trasero de su pelinegro y apretujo con ambas manos, Woo dejó salir un gemido de entre sus labios y San aprovecho para ganar la batalla de lengua que antes comenzó el menor.

Definitivamente ese encuentro nunca lo olvidarán. 

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Where stories live. Discover now