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Omnisciente

- ¡No tengo tiempo para esto! – Yeosang venía furioso a su habitación, sus cabellos estaban despeinados y su respiración era irregular, sus manos estaban hechas un puño y su ceño estaba fruncido. – No te entiendo, de verdad te lo digo. – Wooyoung, quien lo siguió igual o más enojado, azotó la puerta detrás de él. - ¡Dos días detrás de ti! ¿¡Qué te sucede!? – se cruzó de brazos, Yeosang bufó y se tocó el cabello, estaba nervioso y molesto, no quería ver a nadie, hablar con alguien o compartir espacio. Desde la discusión en la enfermería se había alejado de sus compañeros, encerrándose y a Wooyoung lo estaba empezando a preocupar, más desde que veía esa aura negra a su alrededor, algo realmente raro ya que siempre solía ser violeta o cuando se enojaba o entristecía se apagaba.

- ¿Qué me sucede? Todo, es todo Wooyoung, estoy harto, asfixiado, me siento mal ¿entiendes? Y parece que mi padre...- se cayó abruptamente, recordando que no le había contado nada a sus compañeros. - ¿Tu padre? ¿Qué tiene que ver? – frunció el ceño. – Nada, nada, solo quiero estar solo. – se arrojó a su cama boca abajo, soltando el aire que contenía, relajándose.

- No puedes seguir así, hoy estuviste hecho un desastre.

Y no mentía.

En la tarde habían practicado como controlar sus poderes, participando todos en diferentes rondas, enfrentándose y conociéndose a ellos mismo. Casi todos lo estaban logrando, ya Jongho manejaba la hipnosis a la perfección y Yunho ya no se quedaba atascado en su mente, Mingi aprendía a controlar su instinto protector y Seonghwa estaba en proceso de desplegar sus alas, era doloroso y le quedaban las cicatrices en su espalda, con San y Wooyoung habían avanzado casi poco y nada, ya que ambos estaban avergonzados y les costaba conectar, pero era cuestión de tiempo, en cambio, Yeosang no podía controlarse, soltaba ondas de energía, hasta había creado un campo de fuerza, también sus ojos cambiaban de color a cada minuto y a veces desaparecía.

- ¡Es mi maldito problema! – grito desde la cama. Su amigo se tocó la frente y se sentó en su cama, observando a su amigo. – No, es problema de todos, porque somos un equipo. Recuerda las palabras de Seonghwa hyung, no estás solo, estamos juntos y todos somos capaces de compartir responsabilidades, nada tiene que recaer sobre ti, no te sientas...

- No entiendes. – el castaño interrumpió a su amigo, dándole la cara, demostrando que estaba llorando. Apoyó su rostro sobre la almohada y sorbió su nariz. – Y no lo entenderás, porque no viste lo que yo vi...y eso no tiene solución, no la tiene. – sollozo, cerrando sus ojos con fuerza y tiritando, se veía frágil y el pelinegro se arrodillo a su altura, acariciando sus cabellos y enredando sus dedos con algunos mechones.

- ¿Qué viste? – Kang negó, estaba aterrado, con miedo de decir en voz alta como es que la muerte se aproximaba. – No puedo.






[...]






Seonghwa estaba afuera, en el lugar exacto donde habían estado practicando, jugaba con los cordones de su suéter y miraba a su alrededor ansioso. Hace una hora que todos se habían ido, pero él decidió quedarse, tenía que pensar, después de todo, la noticia que le dio aquella mujer había sacudido todo su mundo, ese que él creó, uno donde no tenía padres.

Pero los tenía y convivió con ellos siempre.

Estaba decepcionado, más no enojado, quería saber toda la historia antes de tomar una decisión.

Por otro lado, lo tenía angustiado el tema de Yeosang, estaba raro y sentía que algo pasaba, su protegido estaba mal y lo veía, todos lo notaron ese día.

Se paró de su lugar y negó. Averiguaría que le sucedía a su menor, aunque intuía que tenía que ver con Sunmi.

Al entrar al edificio se sorprendió de ver a Mingi y Hongjoong hablando tan cerca, hasta parecía que estaban discutiendo, Mingi movía sus manos con movimientos bruscos mientras que el de pelo blanco negaba y hacía muecas.

Paso de largo sin que lo notaran y empezó a subir las escaleras, pensando cómo debía hablar con Yeosang, si siquiera le dejaría entrar a su cuarto, nervioso y sudando, siguió su camino hasta llegar a la puerta del castaño, inflo sus mejillas y tocó suavemente la puerta, no queriendo asustar a los que estaban adentro. No espero mucho, al segundo Wooyoung le abrió y le sonrió, o le hizo una mueca.

Entendió enseguida, su mirada recayendo sobre esa cama, con un Yeosang despeinado y sollozante, su corazón se apretó.

- Iré con Hongjoong, quédate con él hyung. – asintió al pedido del pelinegro menor. – Ve, está abajo con Mingi. – Woo se fue, dejando a solas a los dos adolescentes, Kang lo vio al abrir sus ojos, que estaban rojos por el llanto. A Seonghwa le pareció adorable, quería tomar su rostro entre sus manos y besar sus mejillas repetidas veces. - ¿Estás mejor? – se fue acercando a la cama del menor, sentándose en los pies, observando detenidamente cada movimiento. – Yo...no...yo tengo miedo hyung. – musito. Seonghwa dejó caer su mano sobre una de las piernas del menor, gesto que llamo la atención del castaño. – Tengo miedo de fallar, de perderlos y no poder hacer nada para evitarlo. – se mordió el labio tragándose un sollozo, intentando guardar ese dolor para si mismo. - ¿Tiene que ver con lo que vio Jongho? – alzó una ceja, intentando indagar más profundo. – Si. – la boca de Yeosang parecía tener vida propia, porque de inmediato se tensó, dándose cuenta que lo dijo en voz alta. – No pasará. – Yeosang volteó y se sentó cerca del rubio, tomándole por sorpresa al otro, sus narices se rosaban y sus respiraciones se mezclaban. – No lo sabes, no puedes asegurarme algo así hyung. – se encorvo y su cabeza estaba ligeramente inclinada, se abrazó a sí mismo y suspiro. - Si, no puedo, pero podemos intentarlo, no tiene que pasar todo tal cual, debemos dar lo mejor Yeo, no rendirnos. – subió la barbilla de Yeosang con su mano izquierda, tocando y acariciando su cálida y suave piel. – No bajes la cabeza, no más. – sonrió sin mostrar los dientes.

Ambos estaban tan enfrascados en lo suyo, en esa cercanía extraña donde todo era sobre ellos, y solo ellos, sintiendo ese extraño sentimiento en sus estómagos y con mejillas sonrojadas, sonriendo, borrando cualquier rastro de preocupación o tristeza. Seonghwa sin percatarse de que sus manos estaban en las mejillas de su menor y Yeosang solo teniendo ojos para ese chico que había robado su collar. Se acercaban tan lentamente, siendo la atmósfera perfecta para un beso, tan pacífica y tierna, recodando el cómo fue su primer encuentro, el primer enfrentamiento y su primer intento de beso, ese que fue interrumpido. Pero sin ello no hubieran llegado hasta aquí, a ese momento, donde sus rostros se acercaron y sus labios se rozaban, Seonghwa estaba ansioso por hacerlo, apoderarse de la boca del menor, morder y reclamarla, poner sus manos en su cuerpo y hacer ese instante suyo, de ellos. Yeosang pasó su lengua sobre sus labios y eso fue todo lo que tuvo que hacer para que el mayor terminara con esa tortuosa distancia y posara sus labios sobre los impropios, sellando así lo que sería una promesa. 



AAAAAAAAAAAAAAAAAAAa listo no podía más y estoy satisfecha. El seongsang apenas empieza. 

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Where stories live. Discover now