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Todo se veía tan lejano, pero estaba tan cerca, el fin se aproximaba con cada segundo que pasaba y una parte de él lo sabía. Jongho podría ser nuevo en esto, pero tenía un mal presentimiento desde que tuvo esa visión, era extraño y no se sentía como Yeosang, definitivamente el castaño no era tan...vacío, oscuro.

Volvió a cerrar sus ojos y se dio la vuelta, Yunho lo abrazaba de la cintura y beso su espalda, había despertado con todo el movimiento que hacia el menor.

- ¿Qué es lo que pasa por tu mente, amor? – cuestiono con voz ronca, volvió a besar su espalda, subiendo hasta su hombro. – Es que...desde que vi eso, siento que algo va a pasar, pero no sé qué es, eso me pone ansioso. – su cuerpo se empezaba a relajar a medida que el mayor le daba mimos en su cabello.  – No me deja dormir por las noches, estoy en un estado de alerta todo el tiempo. 

Yunho le dio la vuelta a su novio y le sonrió, tratando de tranquilizarlo y darle un poco de paz, porque sabía cómo era su novio.

- Pronto hablaremos con Hong o mejor, podemos preguntarle al padre de Seonghwa hyung, aunque sigo pensando en lo extraño que es todo esto ¿el director su padre? Además, es un sanador, pensé que ellos morían o algo así para dejar su legado. – arqueó su ceja, Jongho suspiro y apoyó su cabeza en su pecho, tomando el collar con la inicial de su nombre. – Hace un año. – hablo refiriéndose al collar. – Tuve que trabajar en la cafetería y en la biblioteca para poder conseguirlo. – respondió Yunho tomando entre sus manos los dedos de su novio, dándole besitos tiernos en cada uno de ellos. – Te lo agradezco, eres lo mejor que tengo. – se miraron a los ojos, con ese brillo enamoradizo que indicaba que su amor era tan sincero.

Su amor no había nacido de una forma fácil, Yunho lucho contra viento y marea para que el chico que está a su lado si quiera le dé una mirada o le dirigiera la mirada, ya que el pequeño era muy callado y no socializaba con nadie, todos decían que se debía al trauma que tenía desde hace años.

Choi Jongho vino cuando tenía once años, su madre fue asesinada por una vecina y se quedó solo en el mundo, y eso no fue lo peor, él presencio todo, desde cuando la mujer entro y ataco sin razón a su madre, hasta que esta le tomo de la mano y lo llevó a su casa, manteniéndolo dos semanas, hasta que la policía dio con él y lo llevaron a donde está.

Nada de eso era tan fácil de procesar, tardo mucho en superar su miedo a las personas y con ayuda de Yunho y Seonghwa junto a la psicóloga del orfanato que venía a hablar con chicos como él, logró salir adelante, ya no se despertaba gritando por las noches y hablaba mucho más con las personas a su alrededor.

- Tú eres lo mejor que tengo, eres mi luz osito. – el mayor beso la nariz de su novio y luego unió sus labios.

- Te amo.

- Yo también.

En la mañana un travieso San atravesó su dormitorio hasta llegar al de su "novia", tenía una enorme sonrisa en el rostro y llevaba en su mano unas margaritas que robo del jardín, había tocado la puerta, pero nadie respondía, San creyó que seguía dormida, así que volvió a tocar, pero otra vez, nada.

Pensó que podía volver más tarde y cuando se iba a dar la vuelta la puerta se entre abrió, él frunció el ceño, pero no lo pensó demasiado así que se metió y esa sonrisa que tenía en el rostro se borró al ver a la persona que tenía en frente.

- Esto es una jodida broma. – musito.

- No, no lo es, así que vas a servirme de algo y me llevarás con tu elegido.

Wooyoung bostezó y apoyó su cabeza en la mesa sin mirar a su amigo, quién estaba de mimoso con Seonghwa. Jung iba a pararse de su lugar y buscar a Mingi ya que si no venía le patearía el trasero. Sospechaba que se hubiera quedado dormido en la cafetería donde lo vio tomar café y ni siquiera le gustaba el café.

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Where stories live. Discover now