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Seguían en la feria, comprando y jugando, habían llegado a conocer muy poco del mayor del grupo ya que estaba muy callado y serio, no despegaba sus ojos del suelo y respondía con asentamientos y secos "si" o "no".

Yeosang todavía se preguntaba que era lo que había sucedido hace más de una hora con aquel extraño hombre que le había regalado esa hermosa piedra. Wooyoung estaba demasiado feliz como para darse cuenta de algo y Mingi solo tenía ojos para el pelirosa.

— ¡Quiero subir ahí! —señalo las sillas voladoras. A Yeosang no le gustó nada al principio pero termino  cediendo ante su menor quien hacia pucheros y lo miraba con tristeza fingida. Una vez en la fila todos estaban nerviosos y aterrados, más que nada Yeosang que nunca se había subido a algo así. — No te preocupes hyung, no te pasará nada. — el pelinegro lo abrazo y después se sentó en una de esas sillas del demonio, según el castaño.

Cuando empezó el juego Yeosang podía sentir que su alma abandonaba su cuerpo, realmente no mentía cuando decía que estaba aterrorizado.

Woo a su lado gritaba e incluso estiraba los brazos hacia arriba, él en cambio se encontraba bien agarrado. Iba a vomitar.

Podía escuchar los gritos emocionados de Mingi y a su lado el mayor se agarraba de él. Yeosang para dejar de sentirse tan abrumado por las emociones pensaba en todo lo que tenía alrededor buscando una forma de disfrutar el juego y pasar un buen rato, pero no pudo, no al verlos ahí parados. Estaban en la fila, los tres adolescentes, mirándolo con burla, sonrisas que daban terror y hagas podía escuchar las palabras de la chica.

Woomi estaba vestida con el uniforme del orfanato, una pollera gris hasta las rodillas y una gran polera que cubría hasta sus manos, en ella había sangre y era demasiada. Jaeyul parecía no tener ningún rasguño y sonreía con sorna, cruzando los brazos, como si supiera algo, había algo a su alrededor que indicaba peligro y sin saberlo ya no estaba en el juego, no había nadie en el parque y todo se encontraba destruido y solitario, incluso el clima había cambiado, ahora hacía más frío y el cielo se encontraba nublado, como si estuviera por llover. La energía del lugar de algún modo afectaba al castaño quien se sentía débil y tieso en su lugar.

Daehyun fue el que se le acercó, tenía un cuchillo en su mano derecho y ni siquiera dijo algo cuando ya estaba clavando la punta en su estómago y el aire se fue.






















Despertó.

— ¡Muévete hyung! — su amigo se bajó y lo espero unos segundo para salir corriendo a otro juego.

¿Qué fue todo eso?

¿Por qué se sintió tan real? Todavía podía sentir ese cuchillo clavado en su estómago.

Para verificar que estaba bien colocó sus manos sobre su estómago y después debajo de ese sweater. No había nada, tampoco sangre, no siquiera sentía dolor.

Después de un rato de estar pensando algo lo detuvo o más bien alguien.

Un chico pelirubio había caído sobre él, parecía agitado y estaba todo sudado.

— ¡Park Seonghwa ven aquí en este instante maldito ladrón! — no tuvo tiempo a reaccionar cuando esté chico se levantó y lo dejó ahí tirado, sus amigos lo vinieron a ayudar y le preguntaron si estaba bien a lo que respondió afirmativamente, por otro lado Hongjoong se encontraba confundido viendo hacía la dirección por la cual el chico de antes se fue.

— ¿Lo conoce hyung? — Mingi se animó a preguntar, el pelirosa asintió. — Es mi compañero de clases. — un chico del orfanato ¿Robando? — Se ve que se volvió a meter en problemas, nada que no haya hecho antes. — dijo y se encogió de hombros. Mingi seguía curioso y por una vez estaba a favor de que Mingi sea tan preguntón. — ¿Lo hizo antes? — el pelirosa se limito a mirarlos a todos y suspiro. — Park vive en el orfanato mucho más tiempo que todos nosotros, está ahí desde que nació, todos le tienen cariño ya que es de los que están desde bebés, el personal lo adora pero el director lo odia, no es un secreto. Park se mete en problemas desde que entró a la pubertad y no sé detiene, molesta en el pueblo y en las escuela no tiene amigos. No me sorprendería si la policía lo toma como sospechoso aunque es más un bromista. — Yeosang nunca lo había visto y eso que había estado desde los siete ahí dentro, como es que nunca se cruzó con él y si lo hizo no debió de darse cuenta, pues la mayoría de las veces tenía la cabeza gacha por la vergüenza que le daba mostrar debilidad ante sus atacantes. — Es un rebelde entonces...— susurró Woo sonriendo. — Ni lo pienses. — le dijo. Su amigo rodó los ojos y tomo su brazo para engancharlo con el de él. — No tiene amigos hyung, tal vez le falta un poco de compañía de los de su edad, ya sabes, divertirse como cualquier adolescente. — a veces el pelinegro olvidaba que estaban en un orfanato/internado. — Nunca seremos adolescentes normales, vivimos en un orfanato Woo y solo nos dejan salir al pueblo por el hecho de que no podemos escapar aunque lo intentaramos. — y era la verdad, no podían comunicarse con la gente de a fuera, tampoco Mingi, solo tenía permitido dos llamadas al mes para no distraerse en sus estudios.

El elegido¹;; seongsang [ateez!]Where stories live. Discover now