SOULMATES | Cuando dos almas se tienen que encontrar, los mundos se juntan, la distancia se borra y deja de existir lo imposible
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golden trio era
harry potter x oc
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el prisionero de Azkaban
---> las reliquias de la muerte
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16, CRECIENDO
—¿Quieres ir por un helado?
Aries y Sirius habían quedado solos en la casa de los Tonks. Hacía demasiado calor y los hechizos que había hecho el hombre no bastaban para refrescarse. Se encontraban recostados en el gran árbol del patio, debajo de la sombra de este.
Ted y Andrómeda salieron a festejar su aniversario de casados, y Nymphadora realizó unas pequeñas vacaciones a Rumania para visitar a su mejor amigo: Charlie Weasley. Ambos volverían dos semanas antes de los mundiales de quidditch.
Sirius se esforzaba día a día para formar la relación padre-hija que había añorado por tanto tiempo. Sirius se esforzaba tanto como podía, trataba de demostrarle todo el amor que le tenía a su hija, todo el amor que sus padres nunca le dieron. Aunque no era fácil, pues Aries solía alejarse cuando Sirius pensaba estar en el mejor momento, tanto que no le dirigía la palabra durante horas. Los Tonks se habían acostumbrado a ello.
—Vamos —dijo Sirius, levantándose y ayudando a Aries—. Pero debemos llevar también a Harry, hace días que no lo veo.
—Por mi encantada —declaró la pelinegra sonriendo. Sirius rió divertido mientras entraban a la casa.
Se cambiaron el pijama y volvieron a reunirse en las escaleras. Salieron de la casa e hicieron aparición hasta Privet Drive. La calle está compuesta por casas similares y tiene un aspecto muy pulcro. Es un lugar muy tranquilo y definitivamente sin ningun atisbo de magia. Caminaron hasta la casa número 4 y Sirius tocó la puerta. Dió dos pasos hacia atrás para situarse junto a su hija. Se escuchó un grito agudo, un portazo y un metal chocando contra la pared. Aries asumió que sería la jaula de la lechuza de Harry, Hedwig. Frunció el ceño al mismo tiempo que se escuchaban pasos y se abría la puerta.
Una mujer alta, rubia y de ojos marrones les abrió. Parecía ser muy joven. Aries la reconoció como la tía de Harry, Petunia. La mujer sonrió al verlos y terminó de girar la puerta.
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarlos?
Aries sabía que Harry no quería a sus tíos, una vez lo escuchó decir que eran los peores muggles del mundo. Pero en estos momentos la mujer parecía muy amable.
