SOULMATES | Cuando dos almas se tienen que encontrar, los mundos se juntan, la distancia se borra y deja de existir lo imposible
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el prisionero de Azkaban
---> las reliquias de la muerte
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38, EL NÚMERO 12 DE GRIMMAULDPLACE
El orfanato Wool nunca le pareció un buen lugar para criar niños. Era grande, frío, apagado y las energías se sentían horribles. Incluso las maestras y los serenos temían pasar un tiempo a solas en cualquier habitación del edificio. Pero la niña se había acostumbrado a deambular sola. Desde que llegó al lugar, siendo una bebé, todas las personas la consideraron extraña y evitaban pasar más tiempo del necesario junto a ella. Más adelante, cuando tuvo conciencia de las acciones de los demás, entendió que el problema era ella. No era normal poder escuchar los pensamientos de todos alrededor, pero para ella lo era. Había intentado apagarlo incontables veces, pero siempre terminaban sucediendo cosas mucho más extrañas.
Pero todo mejoró cuando la nueva maestra ingresó al orfanato. Todo el mundo la amaba, era amable, carismática y poseía una belleza increíble. Desde el primer momento trató a Doe con respeto y cariño, logrando que la niña se encariñe rápidamente con ella. Además ningún pensamiento sobre Doe era malo, aunque se sorprendió cuando descubrió las habilidades de la niña. Phoebe también era pelirroja y ayudó muchísimo a Doe con su autoestima, pues también era la única niña pelirroja en el orfanato y había llegado a pensar que eso era a causa de sus extrañezas. Doe aprendió que no había muchas personas pelirrojas en el mundo, pero que todas eran hermosas simplemente por ello, eran únicas. Phoebe se convirtió en una madre para ella, pero nunca pudo adoptarla, pues el orfanato no permitía que una maestra adopte a un niño. Doe conocía la deplorable economía de Phoebe, y entendía que la vida de la mujer dependía del trabajo, así que no la culpaba.
Cuando llegó su carta de Hogwarts, ambas tuvieron una larga charla, abriendo su corazón y conociendo más partes de la vida de la otra. Phoebe también era una bruja y había estudiado en Hogwarts.
—¿Es necesario que vaya?
Doe se encontraba acostada en su cama, con los pies en el suelo. Phoebe guardaba la ropa en su baúl para irse del orfanato.
—Si —dijo Phoebe—. Debemos ayudar a la Orden, además tu amiga estará allí.
—Y todos los Weasley —se quejó—. Sabes que Ginevra me odia.
