71, the birthday letter

1.1K 130 38
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

71, LA CARTA DE CUMPLEAÑOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

71, LA CARTA DE CUMPLEAÑOS

Al tocar el suelo con los pies, a Aries se le doblaron ligeramente las rodillas y la cabeza del mago dorado cayó con un golpe metálico. Entonces echó un vistazo a su alrededor y se percató de que habían llegado al despacho de Dumbledore.

Durante la ausencia del director, todo se había reparado. Los delicados instrumentos de plata estaban de nuevo sobre las mesas de patas finas y echaban humo y zumbaban discretamente. Los directores y las directoras dormían en sus retratos y apoyaban la cabeza en los respaldos de los sillones o el borde de los cuadros. Harry se acercó a la ventana y Aries lo siguió: una línea de color verde pálido que recorría el horizonte indicaba que no tardaría en amanecer.

El silencio y la quietud, interrumpidos tan sólo por algún que otro gruñido o resoplido de un retrato durmiente, le resultaban insoportables. Su cabeza comenzó a trabajar y recordó haber atravesado el velo, llegar con Lily Evans, luego Harry apareciendo inconsciente y por último, la información que la mujer les había dado. Harry era su alma gemela.

Antes de que Aries pudiera mencionar algo de eso, unas llamas de color verde esmeralda prendieron en la chimenea vacía y Aries se apartó de un brinco de la ventana y contempló al hombre que giraba en el fuego. Cuando la alta figura de Dumbledore salió de entre las llamas, los magos y las brujas de las paredes despertaron con brusquedad, y muchos de ellos dieron gritos de bienvenida.

—Gracias —dijo Dumbledore con voz queda. Al principio no miró a Harry o a Aries, sino que se dirigió hacia la percha que había junto a la puerta, sacó de un bolsillo interior de su túnica a Fawkes, que ahora era un pájaro pequeño, feo y sin plumas, y lo colocó con cuidado en la bandeja de suaves cenizas que había bajo el palo dorado donde solía posarse el ave cuando estaba totalmente desarrollada.

—Bueno—dijo Dumbledore apartándose al fin del fénix—, supongo que les alegrará saber que ninguno de sus amigos sufrirá secuelas por lo ocurrido esta noche.

Se quedaron en silencio. Harry evitaba mirar a Dumbledore o a Aries, parecía estar muy enojado con si mismo.

—La señora Pomfrey está curándolos —añadió Dumbledore—. Es posible que Nymphadora Tonks tenga que pasar un tiempo en San Mungo, pero todo indica que se recuperará por completo, lo siento Aries.

SOULMATES ━Harry J. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora