79, the cat

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79, EL GATO

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79, EL GATO

No recordaba la última vez que algo había entrado en su boca y pasado por su garganta hasta el estómago. Había dejado de sentir la exigencia de comida que su cuerpo pedía, probablemente llevaba días sin comer. Tomó el último trago de agua que le quedaba desde hace algunas horas atrás, así que tenía mucha sed luego de caminar varios kilómetros.

Aunque suene extraño, tenía magia pero no la capacidad de utilizarla. Había perdido su varita y no recordaba cómo. En realidad había muchas cosas que no recordaba, pero sabía el camino que debía tomar, de alguna manera extraña recordaba cómo llegar a destino con miles de detalles.

Sus pies estaban astillados, pero no le importaba lastimarse si no era muy grave. Las heridas superficiales no eran nada comparadas al gran vacío que sentía desde que había despertado. No era conciente de en qué día se encontraba, aunque había leído un periódico muggle que decía el año.

Quería llegar a casa lo antes posible, pero sabía a ciencia cierta que no se encontraba muy lejos de allí. También sabía que pronto llegaría, sabía con certeza de que volvería a su hogar una vez más.

Cuando sentía que su cuerpo iba a colapsar, comenzó a escuchar pasos cautelosos acercarse. De inmediato se puso alerta y escondió su mochila entre unos arbustos. Se quitó la ropa y la dejó junto a sus pertenencias, luego enfocó su mente en su única salvación: convertirse en el animal que reflejaba su personalidad a la perfección.

Hacía muchos años había leído sobre la metomorfomagia, y le fascinó tanto que terminó realizando el proceso en soledad, sin ayuda de nadie. Descubrió que se transformaba en su animal favorito, subiendole los ánimos de sobremanera.

—Mira lo que tenemos aquí.

Se volvió hacia la voz animada y observó algo que pudo robarle el aliento. Un hombre, dos veces más grande que una persona promedio, le apuntaba con una ballesta. A su derecha se encontraba un gran perro jabalinero, aunque no aparentaba ser de los malos. Por supuesto que reconocería a Hagrid en cualquier lugar. Aunque no sabía que tan feliz estaría el semigigante con su presencia. Por último, a su izquierda, se encontraba un muchacho alto y flaco, con el cabello azabache y unos brillantes ojos verdes escondidos detrás de gafas redondas. Su mente lo confundió con otra persona por un momento, pero recordó toda la situación y sintió que su corazón bombeaba con mucha fuerza, amenazando con salirse de su pecho. Sus piernas, ahora patas, temblaban increíblemente, impidiendo que se moviera.

SOULMATES ━Harry J. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora