101, dreams

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101, SUEÑOS

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101, SUEÑOS

Se encontraba corriendo por el bosque a media noche. Necesitaba llegar a aquella maldita casa antes de ellos lo mataran. Había perdido su varita en una pelea algunos kilómetros atrás y no se detuvo a buscarla, de lo contrario iba a ser asesinada. Sus pies descalzos estaban arañados y lastimados por las ramas que estaban cortadas y tiradas sobre el pasto. No podía ver mucho debido a la oscuridad y a los tupidos árboles que bloqueaban la luz de la luna.

Delante de ella visualizó luces que debían provenir de la casa que estaba buscando. Corrió con la poca energía que le quedaba y finalmente, cuando llegó al límite del bosque, observó las afueras de la casa vacía, sin guardia. Disminuyó su ritmo y caminó hacia el costado derecho de la casa. Observó las ventanas y abrió la que estaba al fondo, trepó y se metió dentro de la casa con cuidado de no hacer mucho ruido.

Su respiración era agitada y sus latidos eran irregulares, golpeando su pecho como si estuviera a punto de salir de su cuerpo. Podía escucharlo, podía sentirlo sacudirse de miedo y adrenalina. Subió unas escaleras al escuchar voces en la planta de arriba y dobló a la derecha en un largo y oscuro pasillo. Los graves gritos que provenían de la última habitación al final del pasillo hicieron que su sangre hirviera.

—¡Tenemos que matarlo antes de que ella lo encuentre!

Sus piernas se movían casi por cuenta propia, su mente se había nublado y su ceño estaba fruncido de enojo. No esperó un segundo para empujar la puerta con fuerza, haciendo que esta se golpee con la pared y rebote de vuelta a ella, pero ya había entrado cuando la puerta se cerró detrás. Sólo había dos hombres mirándola, con las varitas apuntando su rostro. Dos pares de ojos la observaban con sorpresa y algo de miedo.

—Lo dejarán libre de inmediato —murmuró con autoridad, ellos escuchando con claridad— o tendrán que abstenerse a las consecuencias.

—¿Es una amenaza? —preguntó el que estaba más cerca de ella.

Abrió sus manos y sintió el calor recorrer todo su cuerpo. Sabía que él estaba vivo, escondido en algún lugar del terreno, lo podía sentir en sus venas, en su corazón y en su mente. Ella iría a rescatarlo.

SOULMATES ━Harry J. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora