SOULMATES | Cuando dos almas se tienen que encontrar, los mundos se juntan, la distancia se borra y deja de existir lo imposible
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el prisionero de Azkaban
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81, HARRY ALCANZA A ARIES
Cuando llegaron al pasillo de las mazmorras para la clase de pociones, comprobaron que tan sólo una docena de alumnos iban a cursar el nivel de ÉXTASIS. Crabbe y Goyle no habían conseguido la nota mínima requerida en sus TIMOS, pero otros cuatro alumnos de Slytherin sí la habían alcanzado, entre ellos Malfoy. También había cuatro alumnos de Ravenclaw, entre ellos Gideon, y uno de Hufflepuff, Ernie Macmillan, que a Aries le caía mal, sobre todo por su manera de hablar. El chico se acercó a hablarles pero Aries no le prestó atención, sólo lo saludó.
Pero Ernie fué interrumpido cuando se abrió la puerta de la mazmorra y la barriga de Slughorn salió por ella precediéndolo. Mientras los alumnos entraban en fila en el aula, el enorme bigote de morsa de Slughorn se curvó hacia arriba debido a la radiante sonrisa del profesor, quien saludó con especial entusiasmo a Harry, Aries y Zabini.
La mazmorra ya estaba llena de vapores y extraños olores, lo cual sorprendió a los alumnos. Aries, Harry, Ron y Hermione olfatearon con interés al pasar por delante de unos grandes y burbujeantes calderos. Los cuatro alumnos de Slytherin se sentaron juntos a una mesa, y lo mismo hicieron los cuatro de Ravenclaw. Aries y sus tres amigos tuvieron que compartir mesa con Ernie, ya que era el único que quedaba solo. Eligieron la que estaba más cerca de un caldero dorado que rezumaba uno de los aromas más seductores que Aries había inhalado jamás: una extraña mezcla de chocolate, tierra mojada y un extraño perfume que no recordaba. Se dio cuenta de que respiraba lenta y acompasadamente y que los vapores de la poción se estaban propagando por su cuerpo como si fueran una bebida. La embargó una gran satisfacción al reconocer la amortenia y miró sonriendo a Harry, que le devolvió una sonrisa.
—¿Cuánto perfume te has puesto hoy? —le preguntó el chico, algo abrumado.
—No lo sé —murmuró Aries, tratando de recordar si había utilizado su perfume en la mañana.
—Muy bien, muy bien —dijo Slughorn, cuyo colosal contorno oscilaba detrás de las diversas nubes de vapor—. Saquen las balanzas y el material de pociones, y no olviden los ejemplares de Elaboración de pociones avanzadas…
