I. ☆ La ausencia ☆

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En mi mente fantasiosa había mil planes sobre el futuro con Marco pese a que mi mente coherente sabía que todos quedarían solo ahí, en fantasía. Ray me preguntaba que si había pensado en romper nuestro compromiso y claro que lo pensé, pero como eso: como algo irreal, como cuando sueñas que tienes una capa y eres capaz de salvar el mundo, sabiendo en el fondo que aún con capa, si saltaras de la terraza no podrías volar.

—Cuando empecé a salir con Marco e hicimos todos esos planes, Ray, no tenía idea de lo que iba a sentir. —La primera lágrima descendió de mi mejilla—. No sabía ni siquiera que era posible sentirse así. Yo le di todo de mí a Marco porque sé que él me dio todo lo suyo. Sé que no lo entiendes, ni te pediré que lo hagas.

—Dímelo —pidió al ver que me callé—. Puede que no entienda, es cierto, pero desahógate.

Pensé en Marco y mi llanto salió solo. Me encorvé en mi lugar y tapé mi cara con las manos. Quería gritar mucho de rabia y de dolor, pero no podía hacerlo en ese lugar.

—Me enamoré de forma imposible —sollocé entre dientes y mi llanto era tanto que temí que Ray no lograse distinguir mis palabras—. No sé si así le funciona a cualquier persona que ame de verdad, pero Marco no solo es un hombre que salía conmigo, Marco es parte de mí, es una extensión de lo que soy y sé que yo soy parte de él. Lo extraño cada segundo, Ray y es doloroso porque sé que no es nuestra culpa que no estemos juntos. Daría esta vida segura que me tocó por una con él sin importar la suerte que nos depare.

Ray se dedicó por unos minutos a sobar mi espalda con parsimonia y calma hasta que pude detener el llanto por un rato.

—Lamento no poder hacer mucho, Karma.

—No es tu culpa. —Me enderecé en mi lugar y resoplé—. ¡Maldición! No es tu culpa, Ray. Tú tampoco mereces esto, lo siento mucho. No voy a romper nuestro compromiso y te juro que lamento que me tengas que ver así. Solo dame tiempo. No te puedo prometer que en un mes estaré bien, pero sí que lo estaré algún día. Perdóname por esto.

Ray negó con la cabeza.

—Desde el día en que te conocí y hablamos por primera vez, supe que íbamos a ser buenos amigos. Karma, no sé qué nos espera en el futuro, pero estaré contigo y no hay manera de que te vaya a reprochar esto, ¿vale? Te dije que no quería asentar nuestra relación en mentiras y eso sigue vigente. Conmigo no debes fingir que estás bien. ¿Tiempo? Tenemos toda la vida, no me debes nada, si necesitas algo y yo puedo dártelo, pídelo. Solo... métete en la cabeza que soy tu amigo.

Los ojos azules de Ray al parecer no mentían y en el estado vulnerable en que me encontraba, creí cada una de sus palabras. Yo era un globo viajando por el aire y en esos momentos solo la mano de Ray podía representar algo sólido a lo que asirme para no perderme. 

Solo podía confiar en él y en sus promesas de paciencia, amistad y lealtad.

Esa tarde me consoló en silencio y sin reprochar nada, me hizo sentir mejor... al menos por el tiempo que duró su compañía pues al volver sola a mi habitación todo lo negativo regresó a mi entorno.

☆☆☆

No podía evitarlo; mirar por horas y horas el techo de mi habitación tenía un efecto raro en mí, me hipnotizaba y entraba en un bucle de memorias que iban de la curiosidad que sentí al escuchar a Marco en aquel supermercado, pasando por la alegría extraña que sentí al saberlo compañero de clases, la emoción de recibir aquel primer dulce de su parte, la adrenalina de nuestro primer beso, el placer de la primera vez que estuvimos juntos bajo las estrellas del proyector, la declaración en la cueva y luego llegando a la amargura de la despedida. Cuando llegaba a ese punto, lloraba unos segundos y luego, sin dejar de mirar el techo, todo se reproducía de nuevo en mi cabeza.

Un par de noches luego de la salida al parque con Ray, mi mamá entró a mi habitación con una galleta en un platito pequeño. Olía de maravilla y al tenerla cerca recordé que tenía hambre. Ray no había ido ese día así que yo no había salido de la habitación prácticamente para nada.

—Hola, Estrellita.

Le sonreí.

—Hola, ma. —Miré el plato—. Huele delicioso.

—Recién sacadas del horno. En la cocina hay más por si con esta no te basta.

—Gracias.

A mi madre también le incomodaba mucho no poder prender el silencio cuando pasaba por ahí, no deseaba peleas y por eso no contradecía a mi padre. Yo la entendía y a la vez le agradecía. No quería más sermones de mi papá, mucho menos escucharlos discutir. De todas formas, no tenía mil ganas de hablar de nada así que mi papá no ganaba mucho escuchando todas mis conversaciones, solo le inflaba el ego, eso era todo.

—Estrellita, he pensado que podrías acompañarme mañana al centro comercial. Compraré unas telas para unos vestidos que quiero, a lo mejor encuentras telas que te gusten y puedes mandar hacer un par de blusas para ti.

Lo dijo justo cuando tenía la boca llena para evitar mi negativa inmediata. Esos segundos para poder hablar, le dieron el tiempo para dedicarme una mirada rara de súplica, abriendo mucho los ojos e inclinando el mentón.

Era una seña exagerada pero clara: sí vamos por telas pero en realidad quiero que charlemos a solas.

El pensamiento siniestro de que yo estaba en una cárcel de alta seguridad y de que mis cómplices debían hacer maromas para poder tener un día de visita conmigo, pasó por mi mente y me hizo sonreír sin alegría.

Tragué lo que tenía en la boca y asentí antes de responder:

—Sí, está bien. Tengo dos modelos que quiero, pero me falta la tela.

—Entonces no se diga más, mañana en la mañana iremos. Hay más galletas, recuerda.

Se levantó del borde de mi cama y se llevó mi plato con ella. Antes de salir me dirigió una mirada que no supe interpretar si era de tristeza o lástima o frustración.

No quise salir a buscar más galletas así que me quedé en mi cama escuchando sin poder evitarlo las voces del televisor de la sala de estar donde Divine miraba una serie que la tenía adicta. Esperé un par de horas en la misma posición hasta que el televisor se apagó y ella se fue a su habitación, puso su silencio y la casa entonces quedó muda por completo.

El vacío me rodeó una vez más y sin siquiera pensarlo, la secuencia de memorias comenzó a torturarme de nuevo.

☆☆☆

¡Hola!

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¡Hola!

Con Karma iniciamos esta tercera parte, sin embargo habrá capítulos narrados también por Marco 7u7 ♥ Cuéntenme qué les ha parecido este primer capítulo 

☆ Nos leemos 

Karma de Estrellas  •TERMINADA•Where stories live. Discover now