⛥Capitulo Treinta-Cinco ⛥

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Tras una intensa y ajetreada jornada laboral, finalmente los proyectos planeados por el científico más reconocido del mundo, pudieron ser completados exitosamente, resultado que necesariamente no logró solo, sino que recibió ayuda de sus colegas, empleados y especialmente de su hijo adoptivo que fue el responsable de los enormes avances a través de las últimas semanas. Dentro de las instalaciones Membrana no era ningún secreto que desde hacía meses el profesor estaba concentrado en un ambicioso invento que traería, una vez más, la ayuda necesaria para la humanidad, era su deber como hombre de ciencia innovar en cambios favorables para evolucionar. Por otro lado, estar pendiente de su trabajo lo ayudaba a olvidarse temporalmente de toda la decepción, infamia, y humillación que durante años le brindó su primogénito biológico, Dib.

Como padre, jamás pudo perdonarse por no insistir en las señales que mostró su errática conducta, incubando lentamente para transformarse en locura. Muchas veces encerró al mayor de sus hijos en una "prisión de cristal" para estudiar esas fantasiosas incoherencias sobre fantasmas, alienígenas, y absurdas teorías de pie grande, pero sin conseguir alguna respuesta favorable. Incluso para empeorar la situación, fue informado, en múltiples ocasiones, que en sus frenéticos arranques de demencia Dib fue internado en la "casa para niños locos", por lo que tuvo que autorizar, e ir a buscarlo varias veces.

Su hijo era un caso perdido, estaba científicamente comprobado que jamás llegaría a cumplir sus estándares. Era un completo desperdicio...

No obstante, para su grata sorpresa, el profesor Membrana actualmente estaba sumamente satisfecho con el brillante potencial que tenía por delante su nuevo heredero, refiriéndose al joven castaño de gabardina azul, quedó asombrado ante su intelecto, observación y deducción que planteaba a base de simples hechos o teorías sobre algo en particular, para acto seguido, implementarlos en el trabajo. Otro rasgo a destacar eran los altos niveles de comprensión y aprendizaje ante la mecánica o creación de prototipos. Estos extraordinarios dones le recordaron lo que una vez fue Dib, provocando simultáneamente que lo comparara con Louie, en un aspecto de coeficiente y talento eran bastantes similares, sin embargo, sus personalidades, deseos y objetivos eran muy distintos.

Un suave golpecito llamó rápidamente la atención del científico, dirigiendo su mirada a las acciones que ejercía el de ojeras, quien depositaba sobre la mesa una humeante taza de té caliente, justo como le gustaba. Se había vuelto una rutina que al final del día compartieran un momento juntos, tomándolo como un descanso para hablar de todo lo ocurrido en el día. Asintió como agradecimiento, mientras que un sentimiento paterno lo inundó de orgullo, simbólicamente era como verse a sí mismo de niño, con toda esa pasión desenvuelta en la ciencia real, o eso es lo que quería creer.

- Gracias, hijo. -habló complacido, tomando la taza entre sus manos- Vamos, siéntate muchacho. -expresó con total tranquilidad- ¿No querías que conversemos sobre algo?.

- Si, bueno... -balbuceó entre susurros, fingiendo timidez- Me gustaría hablar sobre un tema en particular, no quise abordarlo antes porque no estaba seguro de que fuese lo correcto. -acotó con falsa preocupación, haría lo necesario para obtener más información.

- Tenemos un poco de tiempo antes de ir a dormir. -aseguró, quitándose la parte superior de la bata, dejando al descubierto su rostro- Haz hecho un excelente trabajo en el laboratorio, y como eres mi hijo no hay nada que no pueda contarte. -sonrió levemente, llevando la taza a sus labios- Adelante, cuestiona lo que te tiene intrigado.

- ¿Estás de acuerdo con que las cosas sigan así? -preguntó interesado, ganándose la confusión del contrario- Seré más preciso.. ¿De verdad está bien que sea el reemplazo de Dib?. -aclaró, haciendo una mueca detonando "tristeza"- A pesar de sus diferencias él sigue siendo tu hijo, se supone que son una familia, y no quiero ocupar un lugar que no me pertenece. -mintió descaradamente, analizando las expresiones de su padre.

Redención [ZaDr]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt