⛥Capitulo Quince⛥

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La lluvia había comenzado a caer, hace tan solo unos segundos atrás, el cielo ahora estaba completamente oscuro, siendo acompañado por unos constantes relámpagos, que atravesaban sin descanso a las densas nubes, dando la ligera sensación de tratarse de una vista casi apocalíptica, realmente un deteriorado y hipnótico panorama desgarrador. Mientras tanto, en un pequeño rincón alejado, en una desolada ciudad, las calles estaban empapadas, nadie transitaba por ningún sitio, dando a entender que todas las personas, extrañamente habían desaparecido, dejando expuestos entre tantos terrícolas en el mundo, a unos antiguos enemigos que se refugiaban bajo un estrecho techo, soportando tortuosamente la presencia mutua, gracias a la devastadora amenaza, que traía consigo las gotas de lluvia. Esto era especialmente perjudicante para el ex-invasor, ya que por la estúpida distracción de parte del chico gótico, lo entretuvo y se retrasó, impidiendo no llegar a tiempo a su base.

Ahí estaban ellos, en un silencio incómodo y penetrante, observando con recelo todo su entorno, maldiciendo en voz alta, aquel momento en que tuvieron que hacer su "numerito", como si fueran alguna una pareja recién divorciada, era algo ridículamente divertido. Si lo pensabas bien, era más bien irónico, ya que en ningún punto de sus vidas, pensaron que estarían experimentando un silencio como muestra de paz. Escasos fueron los momentos en los que no estaban peleando, discutiendo o intentando matarse mutuamente, el destino se había encargado que cada vez que se encontraran, debían conciliar la relación de odio que tanto apreciaban, así estaba escrito, en las reglas del multiverso.

Aunque ya todo era lo suficientemente "malo", para el joven amante de lo paranormal, si de algo podía alegrarse e aliviar un poco, su tan desdichado infortunio, eran esos particulares pero pequeños instantes, los cuales lograba entablar, algo de profunda tranquilidad con el irken, en donde podía admirar más de cerca sus facciones, expresiones y gestos, era algo siempre lo atrajo de forma involuntaria, aunque haya visto parte de la cultura interestelar, Zim seguía siendo del absoluto interés para el.

Por otro lado, el falso humano, solo tenia su mente completamente en blanco, su cerebro se rindió al solo hecho, de tratar de buscar una explicación lógica, para lo que acababa de experimentar, no era novedad, la situación lo sobrepasaba, y no conseguía recuperarse adecuadamente del shock adquirido, al sentir el cálido cuerpo del humano, nuevamente entre sus brazos, hace solo unos cuantos, minutos atrás.

- ¿Cuanto más va a tomar esto?

- No lo se, quizás un par de minutos.. -mira al frente, con una débil sonrisa- Quizás un par de horas.. -

- No quiero estar aquí un "par de horas" -se cruza de brazos, con el ceño fruncido- Y menos estar cerca de ti, inmundo y despreciable gusano.

- Es tu culpa por no haberte bañado en pegamento. -se defendió poniendo sus manos en los bolsillo de su gabardina.

- Para tu información, Zim si lo hizo. -aseguró desviando su vista a su mano- No puedo tener contacto directo con el agua, sino este perfecto e increíble disfraz desaparecerá.

- Me gustaba mucho mas tu otro disfraz. -exclamó con sinceridad- E-Es decir.. -rasco su nuca, nervioso- Era más propio de ti, es todo lagartija.

- ¡Silencio, asquerosa bola de carne! -grito con molestia, haciendo un puño con sus manos- ¡Zim es excepcionalmente grandioso y majestuoso de cualquier manera! -se adulo con orgullo a sí mismo- Después de todo.. ¡Yo soy Zim!

- Aja. -encogió sus hombros- Como digas, basura espacial.

- Apestosa y repugnante criatura inferior.

Redención [ZaDr]Where stories live. Discover now