⛥Capitulo Diez⛥

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Unos cuantos días habían transcurrido, desde aquel momento que vivió con su "amigo" humano, esa noche la cual, por una extraña e indefinida razón, supo saber disfrutar el tiempo de calidad que vivió, las palabras e incoherencias sostenidas por el castaño, eran sumamente absurdas, estaba claro, que era todo un experto en lo relacionado con lo paranormal, eso quedó más que demostrado, al intentar comprender acontecimientos básicos de una doctrina, que ni siquiera era valorada en los estándares de algo "normal". Eso no le importaba mucho, en realidad, sin darse cuenta el irken comenzó a tenerlo en una alta estimación, donde en diversas ocasiones se burlaba de él, para luego, dar unas pequeñas peleas amistosas que siempre eran solucionadas, como si fuera su propio juego, que solo ellos jugaban.

Esto alivió un poco, la depresión del ex-invasor, diariamente se reportaba con su viejo amigo vortiano, el cual últimamente parecía ocupado, con un comportamiento ligeramente sospechoso, no estaba completamente seguro, si eran paranoias creadas por su mismo subconsciente, el cual quería sabotearlo, o eran hipótesis bien argumentadas que ocultaban una maldad mayor. Algo que tenía administrado el extraterrestre desde prácticamente toda su existencia era la: Desconfianza. No importaba que tan leal seas, o tantas explicaciones brindes, con solo una leve distorsión de hechos, podía darle pie, a crearse una película por completo. Sumido en sus propios pensamientos y teorías infundadas, un absoluto silencio se acomodó en su laboratorio, se había quedado completamente mudo ante la pantalla, olvidando temporalmente, que estaba en plena conversación con él cuernos de cabra.

- ¿Zim? -lo llamó con preocupación- ¿Eh? ¿Invasor?

- ¿Ah? -reaccionó con molestia- ¿¡Que quieres, tonto vortiano!?

- Tu eras quien estaba hablando, Zim. -aseguró cruzándose de brazos- No dejabas de hablar sobre tu amistad con un humano. -recordó con una sonrisa- De pronto te quedaste callado.

- Mmph.. -llevo una de sus manos a su mentón, pensativo- Es cierto.. ¡No interrumpas a Zim!

- Es un alivio saber que estás socializando y no destruyendo a los humanos. -comentó burlón, viendo al irken- Al parecer por fin puedo verte bien, de hecho hasta divirtiéndote.

- Zim no se está divirtiendo. -negó con enojo, desviando la mirada- Aunque admito que mis heridas físicas finalmente han desaparecido. -aseguro con una pequeña sonrisa- ¡Zim ya ha vuelto ser, el increíble y todopoderoso Zim!

- No sabes que gusto me da saber eso. -confesó algo aliviado- Ese es el Zim que quiero ver, fuerte y orgulloso.

- Exacto, ese soy yo. -asintió con una sonrisa- 777. -lo nombró clavando su mirada en el- Exijo la verdad. -se ganó la atención del vortiano- ¿Que le ocultas a Zim?

- ¿A-A que te refieres con eso, Zim? -devolvió la pregunta, nervioso- N-No se que de que estas hablando. -contestó temblando un poco.

- ¡No le mientas a Zim! -lo miro de forma amenazante- Exijo tener conocimiento sobre eso ahora.

- Esta bien. -se rindió el de ojos magenta- Zim. -le hablo con seriedad- Es muy probable que en estos días te surjan ciertas complicaciones. -informó con un tono frío- No quería decírtelo, para que evitar que explotes toda la Tierra, en millones de pedazos.

- ¿Cuando Zim a hecho algo como eso? -pregunto ladeando su cabeza, con ingenuidad.

- No estoy de seguro sobre la información, solo es un rumor. -informo algo cauteloso- Aun así quiero que tengas cuidado. -pidió con seriedad- Y aumenta la seguridad en tu base. -advirtió con severidad- Es vital que nadie descubra nada sobre ti.. ¿Lo sabes, verdad?

Redención [ZaDr]Where stories live. Discover now