Capítulo 25

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—Corre más, estás siendo lenta.

—Cállate, te estoy dando ventaja.

Corro un poco más atrás de Cox mientras maldigo para mis adentros, Kyle me sonríe cuando regresa y trae un par de botellas de agua. Corre para acercarse a mí y entonces Cox lo intercepta y le quita una de las botellas mientras le pasa el brazo por el hombro.

—Tres vueltas más, yo sí iré a descansar. Andando Kyle.

Prácticamente lo arrastra y maldigo de nuevo, correré un poco más y entonces lo apartaré de mi precioso Kyle a patadas.

Es viernes, lo que faltaba para el fin de semana se ha ido en un parpadeo y mi estómago empieza a agitarse al saber que mañana llevaremos a cabo el plan de Kyle, del cual, aún no sé nada. Me permito mirar a Kyle y este conversa atento con Cox, sus mejillas están algo sonrojadas, bendito sol... Sus ojos se encuentran con los míos y cuando sonríe pongo mirada al frente, si lo sigo mirando voy a caerme.

Cuando termino las vueltas intento normalizar mi respiración para llegar donde ellos están sentados, y fingiendo que no me estoy muriendo de calor tiendo mi mano, donde Kyle pone una botella de agua a medio tomar. Mis mejillas están bastante calientes ya, por lo que sé que no notará lo avergonzada que estoy de saber que nos daremos un beso indirecto.

—Gracias —hablo con voz firme, vamos, sin prisa, que no parezca que quieres lamer la boquilla de la botella.

—Espera —la botella es arrebatada de mis manos y Cox la lleva a sus labios para dar un largo trago, y luego me la tiende de nuevo mientras se limpia la boca con el brazo —, se acabó la mía y aún tenía sed, ya puedes acabarla.

Sonríe y gruño mientras me da la botella, pongo la tapa y la dejo en la banquilla —. No te preocupes, se me acaba de quitar la sed.

—La semana se ha ido en nada, y el partido es mañana, estoy un tanto nervioso —admite Kyle y me mira un tanto avergonzado, ¿qué no ves lo tierno que eres? —, aunque, el plan está bien, estoy seguro.

—La cuestión ahora, es si este plan vale la pena —miro a Cox con el ceño fruncido —, sí sabes a lo que me refiero, Anne.

—Primero, no me llames así —le digo —, y segundo, si hablas sobre mis habilidades, claramente están al cien.

—No tengo dudas en tus habilidades, hablo de tu actitud en la cancha, tienes que aprender a recibir órdenes —suelta mientras recoge el balón que está a un lado de la banca —, serás mi segundo delantero, necesito que estés dispuesta a acatar las órdenes que dé.

—Seré de ayuda, lo sabes —me encojo de hombros.

—No, no lo sé, por que eso creí la otra vez, y me decepcionaste —estoy por lanzarle mi zapato a la cara cuando resopla —, controla tu temperamento.

—Whitman es muy habilidosa, no tienes que darle órdenes, sé que ella sabrá qué hacer en la cancha —él me mira con una sonrisa —, yo confío en que lo harás de manera increíble.

—Gracias... —vamos, gira el rostro, maldición, ¿qué carajos te pasa que no puedes disimular?

—Bien, esperaré eso mañana —mira el reloj —, se hizo tarde ya, mejor ve a casa, no queremos sumar otro problema a esta ecuación.

—¿Y eso que usas palabras rebuscadas?—me burlo.

—Es solamente una expresión que usaba mucho antes —se encoge de hombros.

—Si habías dejado de usarla, ¿por qué la retomas ahora?

—El tiempo pasa muy rápido contigo, será mejor ir yendo a tu casa ya.

Mi pequeño chico torpeWhere stories live. Discover now