Capítulo 23

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Cuando llegamos a la entrada de mi casa voy hasta la manija de la puerta directamente.

—Nos vemos —suelto, mi cuerpo se siente pegajoso y necesito echarme un baño a cosa de ya —, Cox.

—Nos vemos, Annie —gruño en respuesta y él se da vuelta y lo oigo silbar mientras camina, alejándose, el móvil en mi maleta suena y lo saco rápidamente, pensando que es un mensaje de mamá. Seguro me regaña.

Mi hermoso Kyle_18:22
¿Tienes algo de tiempo para mí?

Pienso un par de segundos, ¿Kyle quiere hablar conmigo? Mi pecho se emociona pero mis manos tiemblan por alguna razón, ¿estará bien? El peso vuelve a caer en mis hombros, ¿de qué habrá hablado con Alana?

Tú_18:25
Estoy en la entrada a mi casa.

Mi hermoso Kyle_18:25
Mira a tu derecha.

Cuando vuelvo mi rostro él levanta la mano, está parado frente a su casa —, hola.

Su sonrisa es dulce, su cabello parece húmedo y despeinado, no me puedo mover de mi puesto, mis rodillas sienten temblorosas, ¿algo está diferente? Antes me sucedía esto a menudo con Kyle, pero había aprendido a disimularlo casi perfectamente, ¿qué me pasa?

Él avanza hasta posarse frente a mí, entonces frunce el ceño —. ¿Está todo bien?

Se ve muy lindo, diferente, trae una chaqueta azul que le queda algo grande en su pequeño cuerpo, sus lentes están de lo más adorables, ¿qué me ocurre? Siento que lo he extrañado mucho.

—Si... —las palabras apenas salen. Él se acerca y me siento cohibida.

—¿Acabas de llegar?

—Oh, sí —digo rápidamente desviando mi mirada, frunciendo el ceño, ¡calma tus emociones idiota! —. Cox y yo fuimos a jugar con unos niños del barrio que sigue. Se me pasó el tiempo.

—Ya veo —su tono de voz cambia y tomo valor para mirarlo, está mirando a un lado, sus ojos ya no están en mí, y es solitario —. Yo no hice mucho —se encoge de hombros —, me vine a casa luego del entrenamiento.

—¿Y Alana? —me quiero pegar un tiro luego de preguntar, yo estaba decidida a ignorar cada pensamiento que estuviera ligado a ella abordando a Kyle, no debía interesarme porque —, quiero decir...

—Arreglamos las cosas rápidamente y luego se fue a casa, y yo me vine a la mía —dice calmadamente —, de hecho, no era algo tan importante.

—Ella parecía bastante afectada —digo, ¿por qué lo digo?

—¿Lo parecía? —frunce el ceño, y parece acercarse un paso, pero con lo embotada que tengo la mente no sé si lo hace realmente —, se veía bastante normal para mí.

—Estaba llorando —que alguien me meta una calceta en la boca —, debiste estar preocupado. Ella...

—Estaba fingiendo —completa por mí, no iba a decir eso, pero sí que lo había estado pensado —, conozco a Alana desde que somos niños, ¿recuerdas? Esta era una de sus pataletas solamente.

—Ella me dijo que ibas a dejar de hablarle por mi culpa —carajo, en serio me quiero matar.

—Oh, ¿te lo dijo? —él infla sus mejillas momentáneamente y luego resopla el aire acumulado —, no pensé que lo haría.

—¿Entonces es cierto? —mi pecho se encoge —, ¿tú le dijiste eso?

—Lo hice —me sonríe, parece un poco avergonzado, como si se estuviera disculpando.

Mi pequeño chico torpeWhere stories live. Discover now