Capítulo 15

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"Una persona enamorada es vulnerable, a cualquier sentimiento"

—Me estoy arrepintiendo de esto —rueda los ojos cuando los dos platos llegan frente a mí, uno de sopa japonesa y otro de un plato especial, de igual procedencia —, ¿y por qué sabes de la existencia de este lugar? Nunca lo había visto.

—Bueno, mi hermana mayor solía estar algo obsesionada con los mangas y animes japoneses, tú sabes —soplo un poco mientras saco los implementos, unos palillos y una cuchara, me relamo los labios —, buscó conocer todo de esa moda y no sé qué, terminó buscando lugares donde vendían mangas, lugares donde hacían su comida. Y terminó arrastrándome consigo. Sin embargo, aunque me gustó la comida, me gasto mi mezada en cosas inútiles así que mi papá me da lo justo. Dice que me dará el dinero acumulado cuando lo necesite o algo así. Y no me alcanza el dinero, pero ya que dijiste que invitabas...

—Si, claro, úsame a tu antojo —se cruza de brazos mientras mira alrededor, inclinándose —, está bastante lleno.

—Es popular —me encojo de hombros mientras tomo un poco de la sopa en un sorbido y lo miro —, ¿no vas a ordenar algo?

—Se me da pésimo probar cosas nuevas —dice mientras mira la puerta de salida —, y cuando lo hago nada sale bien...

—¿Qué? —digo sin poder entender bien lo último.

—Que te apresures.

—Está caliente —le digo de mala gana, tomo los palillos para coger un poco de fideos y lo miro —, si se te da mal esperar, ordena algo.

—Que no pruebo cosas nuevas, y...

—Está rico, apuesto que si pruebas cambias de parecer —me mira con el ceño fruncido y ruedo los ojos, tomando los fideos con los palillos aparto un poco con la cuchara y lo levanto poniendo la cuchara debajo por si gotea, se lo extiendo. La mesa es pequeña por lo que no me cuesta nada acercar los palillos a la cara de Cox —, anda, prueba.

Él parece sorprendido y es entonces cuando me doy cuenta de que mi acción es sumamente innecesaria, por no decir vergonzosa, sé que se burlará, porque así es él. Estoy por apartar mi mano cuando toma mi muñeca y acerca sus labios a los fideos, mi mano tiembla un poco cuando la suelta y mastica, siento mi cara caliente. ¿Qué demonios?

—Tienes razón —dice luego de comer todo, yo aclaro mi garganta mientras bajo los palillos, algo incómoda por mi repentina acción, él levanta la mano hacia una camarera y esta se acerca —, ¿me das lo mismo que pidió ella?

La camarera asiente y se da la vuelta, mirándolo. Intento parecer poco interesada mientras juego con los fideos.

—¿Ves? Sabía que te iban a gustar —murmuro sintiéndome incómoda. ¿Por qué comió? ¿En una situación normal no estaría burlándose de mí? —, yo siempre tengo la razón...

—Bueno, no discrepo. La verdad sabe mejor de lo que creí —dice sin quitarme la mirada —, ¿qué piensas de los cambios?

—¿Qué? —pregunto, sintiéndome aliviada por el giro que da la conversación —, ¿cambios de qué?

—En general —dice, la camarera llegando a nosotros, ella pone el plato frente a él con los utensilios y le sonríe, él asiente y vuelve a mirarme mientras ella se retira —, como humanos, estamos envueltos en un constante cambio. Niñez, adolescencia, adultez...

—¿Es eso de lo que te da ganas de hablar mientras comemos Ramen?

—Bueno —él se encoge de hombros mientras empieza a comer —, lo que digo es que a pesar de lo que me dijiste, ya sabes, sobre probar esto nuevo. No parece que a ti te guste salirte de tu zona de confort.

Mi pequeño chico torpeWhere stories live. Discover now