Capítulo 11

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Seguramente la mayoría de las situaciones tienen una buena razón, es decir, no hay forma de que no la tengan. Nethan Cox gruñe cuando entramos en la tienda de galletas de color rosa, un olor a aromatizante de flores inunda mi nariz y empiezo a creer que esto es una mala idea, pero me niego a dar mi brazo a torcer.

Ahora, recapitulemos. ¿Cómo es que he llegado a esta situación? Se suponía que Kyle y yo saldríamos hoy, domingo, solos. Se suponía que sería divertido y romántico, lo que yo quería y estaba deseando pero, ¿es que la vida me detesta? ¡Nethan Cox no tenía porqué venir con nosotros! Kyle no sabe decir que no, y sigo sin entender cómo es que Nethan sigue metiéndose entre nosotros, es decir, no afecta en nada en su relación.

—Mira, parece que lo hará ya.

Me codea Kyle y bajo un poco el menú para mirar a la caja registradora, donde se encuentra Cox. También hay una explicación lógica para eso, él y yo peleamos, le gané en una partida de piedra, papel y tijeras y, ¡pum! Tenía que hacer una penitencia de mi agrado. La cual consiste en coquetearle a la chica de este local y lograr que le dé su número celular, obvio se negó, pero llamarlo gallina en serio lo motiva.

La chica está totalmente roja y asiente varias veces mientras con manos temblorosas saca una pluma de su bolsillo y anota torpemente algo en un papel, se lo tiende y Nethan asiente inexpresivo mientras se acerca para sentarse a nuestro lado.

—En serio estás loca.

—No pensé que te lo daría, sinceramente.

—Va a nuestro Instituto, me conoce así que... bueno —se encoge de hombros —, ahora me mirará en los pasillos porque no la llamé.

—Puedes llamarla y...

—No gracias. No necesito una piedra en el zapato —ruedo los ojos —, y pagarás por esto, ¿sabes? Se me presentará la oportunidad y entonces...

—¿Qué les damos?

—Yo quiero el número cinco, es que no sé cómo se pronuncia.

Digo sacándole la lengua y este chasquea la lengua y niega cuando la chica le pregunta a él si desea ordenar algo. 

—Yo quiero lo mismo que pidió ella, tampoco sé cómo se pronuncia.

Kyle me da un guiño y siento mis mejillas calientes así que bajo la mirada, está sentado a mi lado y por primera vez aprecio la presencia de Nethan Cox, si él no estuviera sentado frente a nosotros probablemente Kyle se hubiera sentado frente a mí, y no estaría sintiendo su codo tocar el mío.

—Te ves fea sonriendo —suelta Cox una vez que la mesera se va y lo miro con fastidio —. Sí, así está mejor.

—A ti como que por ratos te da loquera, ¿no? No estaba sonriendo.

—Whitman no suele sonreír, si lo viste tienes suerte. Desearía haber estado de ese lado —Kyle me mira y giro la cara en dirección opuesta, mis mejillas calentándose cada vez más —. ¿Whitman?

—Que no estaba sonriendo...

—Una pregunta —suelta y lo miro de mala gana —, ¿desde cuándo es que se conocen ustedes dos?

—Desde los ocho, ¿verdad?

Kyle me mira y asiento mirando a Cox con la ceja levantada —. No es importante para ti, ¿o sí?

—No, pero me nacía la curiosidad de saber porqué se llaman por su apellido si llevan tanto tiempo conociéndose.

—Bueno... —Kyle parece no saber qué responder y yo ruedo los ojos.

Mi pequeño chico torpeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant