Capítulo 18

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Me emociona ir caminando junto a Kyle de camino a casa, es casi majestuoso ver las mismas calles, ver a los niños reír, y a las personas entablar conversaciones animadas. Este sería un paseo tan perfecto, de no ser por el mal tercio andante.

—Holly realmente hace un pastel delicioso, ¿cuándo ibas a invitarme si ella no me lo decía? —Alana habla fuertemente mientras caminamos, Kyle en medio sólo mira al frente —, fue una suerte encontrarnos a la salida, ni siquiera me esperaste, eres un mal amigo.

—¿No ibas a unirte al consejo estudiantil? —suelta Kyle —, ellos se reúnen en las tardes, y debes ganar mérito con ellos o no será nada fácil.

—Ya hice mi solicitud, ¿no deberías aprovechar ahora que aún estoy libre y pasar tiempo conmigo?

—Estudiamos en el mismo salón, y eres ayudante del club de soccer, ¿no pasas con él todo el tiempo? —las palabras salen de mis labios antes de que pueda detenerlas. Ambos me miran —, es decir...

—Whitman tiene razón, nos vemos siempre —dice Kyle, mirando nuevamente al frente —, hasta parece que te limitas a pasar conmigo. Deberías hacer buenas migas con los demás.

—No quiero —dice, como si fuera una niña y ello me irrita, pero me centro en el camino. Camina, Anne, que no te tiente lanzarla por la calle —, contigo me sobra y me basta.

—Pues a él no... —susurro.

—¿Qué dijiste?

—Que qué calor, ¿no lo sienten? —digo moviendo mis manos, fingiendo darme aire, ella levanta una ceja y Kyle frunce el ceño —, qué raros son.

—Pero si está nublado —dice Kyle mirando el cielo.

—Otra es la rara —murmura Alana, lo suficientemente alto, pero finjo no oírla mientras acelero mi andar —, entonces, ¿qué onda con ese tipo? Aryeh, ¿no?

Me vuelvo como rayo a verla, ella ya me mira entonces, ¿por qué parece saber algo que yo no?

Kyle se detiene y la mira —, creo que será mejor que vayas a casa.

—Eso estoy...

—A la tuya.

Ella y él se miran y entonces resopla, dándose vuelta y empezando a caminar —, bien, me adelantaré. Nos vemos allá.

Nos quedamos en silencio mientras ella camina a paso acelerado, alejándose —, oye, ¿estás enojada? Yo no le pedí que viniera, ella...

—Oye, ¿por qué me molestaría? —le digo, mirándolo desde arriba y él se encoge de hombros, con expresión lamentosa —, bueno, simplemente no me acostumbro a su...

—Ella siempre ha sido así, ¿sabes? Es imprudente, incluso es un tanto egoísta y... —él aprieta los dientes y luego, sus ojos se vuelven oscuros por un par de segundos, ¿qué es esto? —, pero no importa. Ella no es importante.

Me mira con una sonrisa, y esta no llega a sus ojos. Es extraño, porque cuando Kyle sonríe, mi pecho se siente cálido, y hoy, esa sonrisa me ensombrece un poco el día.

—Mejor avancemos, mamá se enojará si no llego a tiempo para la cena, papá tiene su semana libre del trabajo, y mi hermana va a presentarnos a su nuevo novio —camino y él me sigue.

—¿No estaba saliendo con el instructor brasilero que contrató para darle clases a tu sobrina?

—Bueno, Héctor estaba casado al final del día, presentar a su familia hubiera sido demasiado incómodo si Leyla no hubiera revisado su móvil.

—Tu hermana es muy meticulosa, y guapa, supuse que de engañarla, ella se lo haría pagar.

—Oh, lo hizo —lo miro, recordando las palabras de mi hermana —, ella no le pagó por sus servicios de seis meses, le puso una acusación por abuso de confianza, y también, dio su ubicación para que lo deportaran.

Mi pequeño chico torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora