Capítulo 10

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Arlett's PoV

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A la mañana siguiente abro los ojos, y como ya tenía pensado, el cuerpo me duele todavía más. Todo esto es gracias a la horrible cama en la que duermo, y por el gran esfuerzo que hice ayer para aprender a usar una espada.

Empiezo a moverme poco a poco en la cama, pero casi creo que será mejor despertar a mis amigas y que ellas me echen una mano para incorporarme.

—Chicas —suelto casi como un quejido y empiezo a oír como se empiezan a mover en la cama— ¿Una ayudita por aquí?

Poco a poco, Iris, que es la que duerme a mi lado, se levanta y va con paso lento y adormilado hacia mi cama para extenderme la mano y ayudarme a levantarme. En cuanto lo consigue, se da la media vuelta y vuelve a dirigirse a su cama.

Yo, por el contrario, voy hacia el baúl y saco la ropa que me voy a poner hoy, y sin esperar mucho, salgo por la puerta y decido ir yo sola en entrenar.

—Chicas —antes de irme las aviso—, me voy a entrenar, nos vemos más tarde en la playa.

Ellas asienten desde sus camas, y yo no creo ni que me hayan escuchado, pero al fin y al cavo, ese va a ser su problema, no el mio.

Salgo definitivamente por la puerta, e intento ir por el mismo camino por el que fuimos todas ayer, y aunque tengo la clara certeza de que lo estoy haciendo bien, todas las casas me parecen iguales, y eso no me ayuda absolutamente en nada, es más, me desorienta todavía más de lo que podía llegar a estar.

Intento que no cunda el pánico, y continuo andando por las calles, donde puedo ver a gente con armas y con escudos, a otros en las puertas de sus casa, algunas mujeres lavando ropa, a algunos hombres emborrachándose desde tan pronto, y a algunos niños corriendo y jugando por las calles, como si ellos tampoco pertenecieran al mundo Vikingo.
Eso es lo que creo, hasta que veo como esos mismos niños sacan espadas de madera de algún lado y empiezan a luchar como lo harían sus padres.

Está claro que Vikingo se nace.

Desvío mi vista de esos niños, y la vuelvo a llevar a la calle para intentar orientarme, pero la única opción que veo es seguir caminando para ver si tengo suerte.

Continuo caminando por entre las calles hasta que veo como la esclava que nos llevo a nuestra cabaña pasa por delante mío, y me entran unas ganas horribles de seguirla para ver si soy capaz de entender por que mis amigas no se llevan nada bien con ella. A mi me parece adorable, poco habladora, pero buena gente.

Pero al final, una mujer que esta intentando llevar un cesto con ropa mientras sujeta a un niño e intenta controlar a otros dos, me llama incluso más la atención, y veo la necesidad de ir a ayudarla.

Me acerco a ella lo antes posible, y la ayudo sujetándola el cesto con la ropa.

La chica que es rubia y bastante guapa, me da las gracias y sujeta mejor al niño que lleva en brazos:

—Muchas gracias. Casi lo tenía, pero supongo que los niños dificultan un poco más la tarea.

Me rió junto a ella, y creo que presentarme es la mejor opción:

—Soy Arlett, soy nueva por aquí.

La chica abre los ojos sorprendida, pero parece seguir alegre.

—Sí, Bjorn me a comentado que habían llegado tres chicas nuevas —se gira para mirar a sus hijos y para comprobar que no se están metiendo en problemas—. Yo soy Torvi, la esposa de Bjorn, y estos son nuestros hijos.

¿Estamos soñando? /Vikingos/Where stories live. Discover now