Capítulo 1

915 56 8
                                    

Lelean's PoV

✞ ゜・。。・✥・。。・゜✞


Eran prácticamente las dos de la mañana, y nuestra reserva se había terminado. De modo que el segurata del bar, estaba empezando a sacar a todo el mundo del local, sin excepción alguna.

—¿A donde vamos? —pregunta Arlett, arrastrando las palabras por la bebida.

Yo la miro y me apoyo contra una de las paredes de la calle para intentar mantener el equilibrio, porque aunque no vaya muy bebida, los tacones no ayudan absolutamente nada cuando llevas dos copas de más en el cuerpo y estás tan cansada que no te tienes ni en pie.

—Yo apoyo la idea de irnos al apartamento —nos propone Iris.

Las tres tenemos un apartamento juntas que nos compramos en cuanto todas tuvimos dieciocho años y nos fuimos a estudiar fuera de nuestras casas.

Ninguna estudiamos lo mismo, pero: Arlett estudia biotecnología, una auténtica pasada; Iris estudia diseño gráfico, y se pasa su tiempo libre dibujando auténticas obras de arte; y yo estudio artes escénicas, pero todavía no he decidido si meterme para directora, para guionista, para cámara, para actriz, o para vete tu a saber qué.
La cosa es que todas somos muy distintas, pero a la vez somos completamente iguales.

—Sí, casi mejor —la apoyo—, que yo no aguanto más con los tacones.

—pues yo no me quedo atrás.

Las tres nos quitamos los tacones y los sujetamos en la mano para empezar a realizar todo el camino que nos lleva a nuestro apartamento.

Caminamos por las calles con la risa como acompañante, esa risa que te sale cuando no sabes absolutamente nada de que hacer o de como hacer algo cuando estás borracho y la única alternativa que te queda es reírte como un poseso.

—A ver quien abre la puerta —nos reta Iris con las llaves en la mano.

El primer intento lo hace ella, y damos gracias a que la puerta del portal está tan rayada que ya no se ven las nuevas rayaduras que la estamos causando.

Después lo pruebo yo, y tal y como la ha pasado a Iris, no soy de atinar, ni de lejos, en la minúscula rendija por la que tenemos que colar la llave.

Y ya por último lo intenta Arlett, la cual tiene el mismo éxito que nosotras dos, ninguno.

—¡Genial! —celebró arrastrando las palabras—. Veo que nos quedamos en la calle.

Las tres nos sentamos en el portal esperando que se nos pase un poquito la borrachera para poder entrar en el portal, y más tarde en nuestro apartamento, pero alguien no nos deja esperar a que eso pase, y desde dentro del portal, alguien nos abre.

Es nuestro atractivo vecino.

—Hola guapo —lo saluda Iris sin ningún pudor—. Parece que nuestros destinos están dispuestos a juntarnos. Esto es una señal y no la pienso desperdiciar.

El chico se pone rojo como un tomate y se hace a un lado para dejarnos pasar.

—Yo más bien diría que resulta imposible no despertarse con vuestra llegada —responde él—. Sois muy sigilosa.

—Sigilosas como gatas.

Suelto yo y empezamos a reírnos como auténticas locas.

El chico, el cual quiero recordar que se llamaba Alan... O Adán.... O Alex... Bueno, de alguna manera que empezaba por "A", nos acompaña hasta el ascensor y se sube en él con nosotras.

¿Estamos soñando? /Vikingos/Where stories live. Discover now