[ EDITADA ]
Cuándo al fin el grupo de Alexandria había encontrado la balanza necesaria para sobrevivir, una mala decisión acarreo un nuevo problema a sus vidas. Por vez primera, Alexa vio a su grupo hundido en la desesperación. Por primera vez, Ale...
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25' enfermeria.
Está noche, Rosita Espinoza es la encargada del grupo de vigilancia. Con una lámpara en la mano y un rifle colgando de su espalda se pasetea por el puesto de vigilancia para asegurarse de que no haya peligro cerca. Su cabeza da muchas vueltas al rededor de cierta circunstancia ocasionada esa misma tarde, sin embargo, con el orgullo en lo más alto de su ser no permite que aquello le afecte y su enfoque se mantiene en la tarea de la noche.
Algunos arbustos fueron sacudidos llamando la atención no sólo de la latina, sino de todo el grupo presente. Con la lámpara alumbró hacia aquella zona deseando que no se trate de algo más que un caminante o incluso o simple animal perdido, pero el cuerpo tambaleante de un hombre se escabullo entre las ramas secas hasta que quedó perfectamente de pie hacia el muro principal de Alexandria. En silencio, observaron detalladamente la escena puesto que la luz no abarca hasta la zona de aquella persona, nada convencidos si aquello era un caminante o solo un hombre errante que los había encontrado, esperan, por casualidad.
─ Abranme la jodida puerta.
Habla, así que no puede ser un caminante.
─ ¿Qué esperan? no tengo toda la jodida noche o la madrugada, no se que puta hora es.
Al instante, tras haberse expresado de aquella forma, Rosita chasqueo la lengua y bajó del puesto de vigilancia hacia el enorme portón que da el acceso al interior, después de tantos años de, gracias a las circunstancias, forzada convivencia, reconoció al instante a la persona detrás de la reja. Quito los seguros puestos, escuchando las palabras con las que le pide que se apresure, sin tomarle suficiente importancia, lo hizo todo a su ritmo.
─ ¿En dónde estuviste todo el jodido día?.─ cuestiono la castaña acomodando el rifle en su hombro. Examinó con la mirada el cuerpo de su amigo.
La latina se hizo a un lado para dejar libre acceso y poder asegurar la puerta nuevamente. Daryl no se preocupo por decir nada más o siquiera responder, se adentro al interior de la comunidad sin ni un solo lugar en mente a donde ir, pero seguramente sus pies lo llevarían a su casa. Tambaleante, choco contra un contendor de basura que encontró en su camino, maldijo en mil lenguas al ver la basura en el asfalto sucio.
─ Ve a la enfermería.
─ Solo choque con esta mierda, no me hice daño.
─ Lo que sea que te ha dejado con la camisa destrozada si lo ha hecho.─ el tono de burla fue perfectamente percibido en su comentario, el cazador lo ignoro pero ella continuó.─ y vas a necesitar algo para la resaca.
Entre pasos torpes siguió su camino entre la oscuridad de las calles, sabiendo que seguramente amanecerá pronto. No le respondió a su amiga y tampoco le presto importancia, porque es bastante obvio que esta ebrio, y también lo es el hecho de su estado físico, en dónde se encuentran miles de pistas que revelan su más reciente pelea. De todas formas, no le interesa. En ese punto de su vida solo Carol se preocupaba por él, y no es como que necesite un sermón a altas horas de la madrugada en el estado etílico en el que se encuentra.
