(∂ + m) ψ = 0 • [JaeDo]

Capitulo 31

—Precioso, despierta.

Mis ojos se abren lentamente y cuando soy capaz de verlo una sonrisa se dibuja en mis labios. Acaricia mi mejilla suavemente logrando que me relaje, tanto como para querer volver a dormir. Pero su ligera y dulce voz hace que le preste total atención, esta vez más despierto que antes.

—Cuando estaba tomando una ducha tu celular no paraba de sonar— se explicó— Pensé que habías contestado, al parecer es importante ya que no han parado de llamar.

—¡Joder!— de un brinco me senté en la cama— Pero que...

La luz del sol entraba por la ventana iluminando así toda la habitación, fue ahí cuando me di cuenta que estaba en serios problemas. Ayer tenía una cena importante con los padres y tíos de Sicheng, era algo que habíamos planeado desde hace un mes. Ni siquiera tuve tiempo de pensar que no era el mejor momento para quedarme y bueno, hacer las cosas que hicimos después.

Me concentre en el momento y disfrute de cada palabra que Jaehyun me dedico hasta quedarme dormido. No podía creer que fui tan egoísta, solo me centre en mi persona y no tuve el descaro de por lo menos avisarles. De seguro deben de estar preocupados por mi, cuestionándose en donde pase la noche, podrían haber llamado hasta la policía.

Eso solo confirma que eres un idiota, Doyoung.

—¿Estás bien?— Jaehyun acaricio mi espalda con dulzura— ¿Quieres que te acompañe a casa?

—Tal vez no quiera regresar...

—¿Es tu padre?— cuestionó— Dime, porque si te hizo al-

—Ya no vivo con él, hace dos meses que me mudé con Sicheng y sus padres— respondí— Fue un gran cambio pero todo para mejor.

—Doyoung, me alegra mucho eso— me tomó de la mano— Espero estes siendo feliz con ellos, ya sabes.

—Lo soy, realmente lo soy en este momento.

La sonrisa que me dedicaba Jaehyun era sincera, sus hoyuelos no tardaron en aparecer y ese brillo en sus ojos me lo dijo todo. Su mano buscó la mía y la entrelazó haciendo que bajara la mirada con una sonrisa. Se acercó lentamente a mí y justo antes de que pudiéramos unir nuestros labios el timbre de la casa nos interrumpió.

—No se quien sea pero tengo que ir— susurró sobre mis labios— ¿Por qué no tomas una ducha?

—Está bien— abulte mis labios.

—Ahora vuelvo— deposito un suave beso en mi frente— Deje ropa mía que creo que te quedará, puedes usarla.

—Gracias.

Jaehyun salió de ahí alborotando su cabello húmedo y yo me quité las sábanas de encima para poder levantarme. Y hubiera sido fácil si el dolor de mi espalda baja no se hubiera activado al ponerme de pie. Como pude me dirigí al baño y sin pensarlo demasiado me despojé de mi ropa interior y entré.

Deje que la tibia agua recorriera todo mi cuerpo antes de comenzar a asearme y luego de unos diez minutos salí. Tomé la ropa que Jaehyun dejó para mí y al ponérmela fue gracioso, seguro eran dos tallas mayores a la mía. Pero no le encontré problema alguno así que salí, tomé mis cosas y las puse en la mochila de la escuela. Recogí mi celular de la mesita de noche y al ver los mensajes y llamadas perdidas decidí apurarme e irme de una buena vez, no quería causar más problemas.

¿Más problemas? Pareciera que solo los estás atrayendo aún más.

Bajé las escaleras con cuidado y al divisar a Jaehyun en la cocina algo descuidado decidí sorprenderlo. Fui hasta donde estaba y lo abrasé enterrando mi rostro en su pecho.