(∂ + m) ψ = 0 • [JaeDo]

Capitulo 15

Estuvimos escuchando aquella melodía por unos minutos más, realmente era agradable. Aún así no lograba distinguir de cuál se trataba, pero algo me decía que la había escuchado antes.

—Doyoung— la voz de Jaehyun hizo que dejara de vagar en mis pensamientos— Tengo que irme, no quiero meterte en problemas.

—Está bien— lo abracé— perdón por hacerte faltar a clases— reí apenado.

—No te disculpes, ninguno de los dos se dio cuenta, supongo que el web drama estuvo bueno— se encogió de hombros.

Asentí frenéticamente para luego depositar un corto beso en sus labios. El correspondió y con una tierna sonrisa se coloco su sudadera para después salir por la ventana.

Jaehyun, me tienes como un loco.

Suspiré y me lance a la cama a la vez que ese melodioso sonido se instalaba en mis oídos de nuevo. Ya era demasiado tiempo que mi padre llevaba tocando, ¿no?

No se cuando ni como sucedió pero me atreví a salir de mi habitación y heche un vistazo al corredor. Mis pies avanzaron por si solos y me llevaron hasta a habitación de mi madre. A medida que iba avanzando aquella melodía parecía resultar familiar, incluso le daba un significado.

Con cuidado me asomé al interior de la habitación y como era de esperarse mis ojos encontraron a mi padre. Este tocaba con tanta pasión, con tanto sentimiento que pareciera que podría estallar en llanto en cualquier momento.

Y fue entonces cuando reconocí esa melodía, aquella que alegraba mis días de niñez. Aquella que me hizo feliz en su momento.

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—¿Crees que debería agregarle más dimensión aquí?— mi madre preguntó.

—Mmm— mi padre observó el lienzo por un minuto y luego se acercó— Me parece que está parte la necesita, pero está esta bien— le sonrío.

—Gracias cariño— contestó ella.

—No hay de que— depositó un leve beso en su frente— Ah, realmente hace calor, ¿no es así?

—Si, ¡mucho!— conteste inflando mis mejillas las cuales estaban rojitas.

—Iré a hacer limonada, ¿quieren?— mi padre ofreció y recibió un "si" por parte de nosotros— Esta bien— dijo risueño— vuelvo enseguida.

El verano se podía sentir a su máximo esplendor, aún así eso no nos impedía pasar el tiempo juntos en familia. Disfrutábamos de ir por un helado durante las tardes o emprender un viaje en bicicletas por las mañanas, justo cuando el sol comenzaba a tocar el cielo.

También disfrutábamos cuando a papá no se le ocurría nada y terminábamos en el jardín haciendo actividades sencillas. Justo cómo sucedió hoy, a mi madre se le ocurrió salir a pintar. Mi padre no se opuso, al contrario, le encanto la idea y termino ayudándola con los materiales y de más.

Por mi parte, yo me encontraba en el césped armando figuras con mis coloridos bloques. Aunque de vez en cuando me distraía con las mariposas que pasaban e iba a perseguirlas. Cabe destacar que la grabadora de mi madre estaba encendida, emitía su canción favorita.

—Ven aquí, Doyoung— mi madre me llamo.

Me acerqué con torpeza y estando frente a ella me sonrío dulcemente. Tomó el pincel y lo sumergió en su paleta de pinturas que sostenía con la otra mano. Cuando esté tuvo pintura lo llevo a mi rostro y pintó algo arriba de mis labios.

—Que lindo— soltó una tierna risa.

—¡Mamá!— grite confundido— ¿Qué es? ¿Qué es?— daba pequeños saltitos debido a mi impaciencia.

—Son unos bigotes— apretó mis mejillas con delicadeza— Como los de un gatito, o incluso un león.

—Un león suena mejor— comenté orgulloso.

—Puedes ser lo que tú quieras— revolvió mi cabello— Esta bien ser como un león pero también es aceptable llegar a sentirse pequeño e indefenso como un gatito. Mientras sepas que eres alguien fuerte en tu interior es todo lo que importa.

Asentí aunque no le encontrara mucho sentido.

—¡Limonadas llegando!— anunció mi padre cargando una charola con vasos que brillaban en la viveza del sol.

Mi madre tomó el vaso y mi padre me entregó el mío con delicadeza.

—Ah, está muy buena papi— sonreí.

—Me alegra— sonrío— Woah, te está quedando hermoso— se dirigió a la pintura de mi madre.

—Solo hice lo que me dijiste— limpio el sudor de su frente energéticamente.

—Pero creo que le falta algo— mi padre se acercó a mamá y con la brocha pintó parte de su rostro— Justo aquí— rió.

—Ah si— exclamó sorprendida— ¿Y esto no sería mejor?— imitó la acción de mi padre solo que esta vez salpicó su cabello.

Ambos se miraron por un momento tratando de justificar sus acciones. Se sonreirán de vez en cuando mostrando su blanca dentadura. Me acerqué y tomé la pequeña cubeta con pintura blanca y con mi manita avente un poco a mis padres.

Después de eso solo se escuchaban risas y alardeó en todo el jardín, podría decir que el ambiente estaba lleno de nuestra felicidad. Corríamos por toda el área tratando de atraparnos los unos a los otros. Mi padre me cargó y cuando mamá estuvo cerca se lanzó a nosotros.

Terminamos recostados en el césped, mi cabello era acariciado por ambos. Están tardeciendo y mientras el cielo se tornaba de un color rosado las nubes iban avanzando.

Probablemente nos quedamos ahí hasta que las estrellas aparecieron en el cielo y mis ojos rogaban por descanso.

—Llevaré al pequeño a su habitación— mi madre me tomó en sus brazos— ¿Puedes ir recogiendo todo esto?

—Claro— mi padre respondió poniéndose de pie— dale el beso de buenas noches por mi.

—Lo haré.

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No me di cuenta cuando mis mejillas se empaparon y mi vista se nubló debido a las lágrimas. Sin duda aquellos tiempos fueron preciados al igual que únicos. Pero, ¿que podía hacer yo? Independientemente de lo que tratará de hacer las cosas no cambiarían por más que quisiera.

Mamá se había ido y mi padre se había transformado en alguien irreconocible consumido por el odio y la rabia. Pero de nuevo, de nada sirve aferrarte a cosas que en su momento sucedieron pero no volverán jamás.

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Buenas xd.
Aquí tienen su actualización del jueves, en un rato subo el otro capítulo.
¡Espero les guste!