Capitulo 4

1K 134 42
                                        

Debo estar soñado, si debe de ser eso. Después de tanto tiempo volver a tenerlo tan cerca me hace inmensamente feliz. No se cuanto tiempo durará junto a mi, tampoco se lo qué pasa por su mente. No entiendo nada pero aún así lo que más importa es que está aquí en la habitación que siempre fue tan vacía sin él.

Mientras el duerme lo único que pienso es en congelar el tiempo. Malditos segunderos tan inoportunos, su presencia acorrala toda mi tristeza.

Demonios, su respiración está muy agitada.

Ahora que recuerdo él siempre tuvo pesadillas desde que éramos pequeños. A pesar de los años seguimos siendo los mismos. Como si nunca hubiera perdido la confianza lo tomó de la mano y acarició su mejilla. De esa manera siempre logra tranquilizarse, de esa manera lo hacía en aquellas noches.

Se todo de él, todo este tiempo estudie con detalle cada paso que daba y nunca me dejó de sorprender. Él nunca perdió su amor por la lectura, siempre se mantuvo en el equipo de baloncesto, defendía la justicia. Un ser tan perfecto que hasta te preguntas cómo es que puede ser real.

El siempre llegaba al instituto faltando diez para las ocho, siempre le costaba despertar. Lo observo cuando está en la cafetería acompañando de sus amigos. Aprovecho para rozar nuestras manos "accidentalmente" mientras va camino a su primera clase. A la hora del almuerzo siempre elige comida muy saludable, es tan disciplinado.

Después de eso se la pasa en el salón de gimnasia jugando baloncesto. Cuando tiene hora libre va a la librería, nunca cambia de lugar. En todas las ocasiones él siempre elige la mesa que está enfrente de la ventana. Gracias a ello yo puedo ver su reflejo mediante está haciendo más fácil admirarlo.

Cuando salimos de clases siempre nos cruzamos aunque es difícil de creer. Nunca planeo verlo después de clases, siempre es algo natural. Algo que el destino planea, es como nuestro hilo rojo.

—Buenos días— Jaehyun habló sacándome de mis pensamientos.

—Buenos días, ¿aún sigues teniendo pesadillas?— pregunté mientras me sentaba en la cama.

—Si, ¿te desperté por mis quejidos?

—No para nada, no me despertó eso...

—Cielos, dormí tan bien— estiró sus brazos hacia el cielo— Por alguna razón después de un rato sentí una tranquilidad enorme. Lamento no haber terminado de leer para ti, me gano el cansancio.

—Eso es bueno y no te disculpes— sonreí— ¿te puedo preguntar algo?

—Si— se puso de pie— Primero vayamos a la cocina, muero de hambre.

Imite su acción y nos dirigimos a la cocina mientras el revolvía su cabello.

—Por cierto— habló— Yo cocino, a ti siempre se te quema todo.

—¡Oye!— le di un leve empujón con mi hombro mientras él reía— Esta bien, de todas maneras no hay mucho en la alacena.

—No te preocupes, yo me las ingenio— sonrío mostrando sus hoyuelos— Siéntate mientras yo cocino.

—¿No necesitas ayuda?

Negó y yo obedecí ante su sugerencia.

—Conozco tu casa como si fuera la mía— puso a hervir agua y sacó dos paquetes de ramen de la alacena— Bien, ¿que es lo que querías preguntarme?

—Es sobre tus pesadillas, ¿es lo mismo de siempre?

—Si, me atormenta todas las noches— suspiró— Siempre aparece al pie de mi cama reclamando.

(∂ + m) ψ = 0 • [JaeDo]Where stories live. Discover now