Capitulo 13

630 96 9
                                        

—¡Oye imbécil!— mi padre grito y eso logró sacarme de mis pensamientos— ¿A donde piensas ir?— se burló para después tomarme del cuello de la camisa— Tu madre era igual, pero que podemos hacer al respecto— bufó— De tal palo tal astilla.

—No, por favor— susurré— Faltaba poco para llegar...

—¿Llegar a donde imbécil?— dijo con ironía— Ja, tal vez fueron demasiados golpes que ya hasta estas delirando. Bueno, aunque mi hijo siempre ha tenido la cabeza en las nubes.

¿Acaso me acaba de llamar hijo? Es la primera vez que lo hace después de tanto tiempo.

Mi padre me arrastro de nuevo hasta el otro lado de la calle y aventó mi dañado cuerpo en la sala de estar. Dijo unos cuantos murmullos que no pude distinguir y cuando tomó las llaves del auto supe que no se quedaría por mucho tiempo.

—No olvides lo que dije, no mereces estar en esta casa— dijo mientras se ponía el saco y se dirigía a la puerta— Aún así no puedo permitir que te vean en este estado. Dime, ¿que pensarían las personas de mi?

Con una última y cruel carcajada mi padre dejó la habitación satisfecho. Tras dar un gran portazo se escuchó el motor del auto, no logré escuchar nada luego de eso. Se había ido y una vez más estaba por mi cuenta, como lo ha sido desde que tengo memoria.

Si tanto me iba a hacer daño me hubiera dejado en mi habitación, por lo menos.

Tomé muy enserio la idea en dormir justo y donde me dejo mi padre, pero después de que el frío se colara por la ventana supe que esa no sería una buena idea. Después de todo, hacer un pequeño esfuerzo no estaría de más, ¿cierto?

En ese momento agradecí el hecho de seguir vivo y a pesar de que no puedo moverme mucho traté de hacer un esfuerzo para ponerme de pie. Cuando lo conseguí sentí como todo mi cuerpo dolía. Algunas heridas de mi espalda ardían mientras sentía un líquido recorrer por esta. Era sangre, tenía que ser eso.

Mientras camino con cierta dificultad hacia mi habitación pongo mi mano en mi abdomen debido al dolor. Recuerdos de hace unos momentos se clavan en mi memoria como un cuchillo. Cada golpe que me dio sin piedad y cada palabra que me dirigió son solo pruebas de que este mundo es cruel.

Pero por otro lado escuché la tan ansiada palabra que deseaba desde hace tiempo, me llamo hijo. Toda la vida lo espere pero, ¿porque sus palabras sonaron tan vacías? Hasta ahora caigo en la realidad de que así como no significa nada decirlo para él es lo mismo para mi. Ese eco simplemente resuena en mis odios sin ningún efecto.

Y mientras pienso que toda la vida es una vil mentira utópica que los humanos creamos para complacernos, llego a mi habitación.

Lo primero que hago es lanzarme a la cama con el último esfuerzo que me queda. Observó el techo sin razón alguna y dirijo mi mano a mi cabeza, la cual por alguna razón duele como si fuera a explotar. Cuando veo la palma de mi mano bañada de sangre de nuevo puedo explicar el inmenso dolor.

Suelto un suspiro algo cansado mientras parpadeo frenéticamente para no quedarme dormido. Pero el dolor que sentía era demasiado para mi devil cuerpo.

Entonces me desmayé.

[...]

Al mismo tiempo que siento unas manos acariciar mi rostro abro los ojos con dificultad debido a la luz que se colaba por la ventana. Lo primero que veo es una silueta algo borrosa a mi parecer que se difumina en los rayos del sol. Aunque al principio me costaba reconocer quien estaba frente a mi, lo supe luego de unos segundos.

Sus ojos emanaban un brillo que me atrevería a decir que opacaban al mismo sol. El lindo lunar posicionado justo en su mejilla derecha y estás tan suaves como las nubes. Sus hoyuelos eran una simple arma que a simple vista hacían que murieras de ternura. Y sus labios...

—Doyoung...— dijo con una voz seria— ¿Que sucedió?

—Ah, no es nada— sonreí con una mueca de dolor mientras me sentaba— ¿Cuando llegaste?

—Recién llegó, estaba preocupado así que vine a tu casa y como nadie atendió tuve que recurrir a la ventana.

—¿Preocupado?— cuestione un tanto confundió— ¿Que es lo que te mantenía así?

—Tu, por supuesto— se acercó a mi— Todo el fin de semana no contestaste mis mensajes pero lo dejé pasar. Pero cuando no asististe al instituto hoy algo me dijo que debía venir hasta acá.

—Espera, ¿que día es?— solté alterado.

El tiempo pasa tan rápido, creí que tan solo había pasado una noche en este estado. Pero ya veo que estaba equivocado y que todo por lo que pase debió ser algo fuerte pues quede inconsciente por tres días.

—Fue tu padre, ¿no es así?— dijo esta vez con un semblante serio— Tenemos que denunciar a ese hombre lo más pro-

—No, ¿de que hablas?— interrumpí un tanto histérico— Lo siento Jaehyun pero no puedo hacerlo.

—¿Por qué? ¿Acaso no ves todo lo que te hizo?— dijo y entonces supe que realmente le importaba pues sus ojos estaban levemente cristalizados— Ya no quiero verte sufrir, no mientras yo esté con vida y pueda impedirlo— susurró lo último.

—Y-yo... Realmente lamento que me encuentres en este estado, estoy horrible.

—No me ignores, estoy hablando enserio...— insistió— Tenemos que denunciarlo por maltrato, esto es injusto— tomó mi mejilla para acariciarla con delicadeza— Es injusto que una persona tan linda como tú esté pasando por esto...

—Jaehyun— quite su mano de mi mejilla y la tomé entrelazando nuestros dedos— No puedo hacerlo porque él es el único familiar cercano que conozco.

—Aún así tú podrías-

—Por favor no insistas— interrumpí de nuevo— Es lo más cercano a familia que tengo y aunque no he vivido como desearía, me conformo sabiendo que se quedó conmigo todo este tiempo.

—Entiendo pero— suspiró frustrado— Esta bien, tienes toda la razón y se porque le sigues teniendo afecto. Pero si vuelve a suceder no te preguntaré de nuevo, te sacaré de aquí si es necesario.

—Gracias— le sonreí— Aunque no lo aparente el es una buena persona, yo lo sé.

—Que tierno— revolvió mi cabello con entusiasmo— Por eso te quiero, eres la persona más linda del universo y aunque pasas por un infierno todos los días eres capaz de repartir amor por todos lados. ¿Como le haces?

—Bueno y-yo...— dije con un sonrojo notable en mis mejillas.

Pero no pude completar ninguna oración que respondiera a la pregunta de Jaehyun. Su sonrisa me embriagaba de una manera injusta pero nunca podría molestarme.

Jaehyun nunca podría ser ese algo del cual me cansaría. Nunca.

(∂ + m) ψ = 0 • [JaeDo]Where stories live. Discover now