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Cuando Mars llegó, Chris le estaba esperando en la puerta de la casa y no había rastro de Mikoto, así que supuso que estaría dentro mientras June y Aries trataban de sacarle la mayor cantidad de información posible sobre su vida

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Cuando Mars llegó, Chris le estaba esperando en la puerta de la casa y no había rastro de Mikoto, así que supuso que estaría dentro mientras June y Aries trataban de sacarle la mayor cantidad de información posible sobre su vida. A decir verdad, tenía muchas ganas de verlo, por lo que se sintió un poco irritado por la mirada que le dirigió Chris al verle llegar.

Parecía que hubiese leído sus pensamientos y estuviese tratando de decirle "¿Porqué sonríes? Tú no tienes derecho a ser feliz"

—Mars... —lo llamó cuando sus miradas se cruzaron. Su expresión se suavizó un poco, pero no demasiado. Era extraño, su presencia podía resultar tan familiar como ajena.

— ¿Ocurre algo? —inquirió, sintiéndose inquieto por tenerlo de frente.

—Quería hablar contigo ¿Tienes tiempo? —Chris tenía una expresión imperturbable en el rostro. Parecía tranquilo, pero era obvio que estaba tratando de fingir bienestar. Tenía los hombros caídos, la mirada cansada y los puños apretados.

—Mikoto debe estar esperándome —respondió, soltando un suspiro—. Puedes decirme lo que ocurre, pero no tengo mucho tiempo —por supuesto, le sabía mal actuar de aquella manera, pero era lo mejor para los dos, ellos no habían terminado de la mejor manera y Mars prefería que las cosas se mantuvieran a distancia, a pesar de que todavía sentía debilidad por el Chris.

—Vaya, que rápido me cambiaste —espetó, estaba dolido, podía verlo en sus ojos. Mars resopló.

—Fuiste tú quien me cambió —dijo, frunciendo el ceño—. Además, hace ya un tiempo que terminamos, no puedes seguir pensando en mí como tu novio o tu pretendiente —aquella era una forma poco sutil de decirle que no debería seguir dándolo por sentado. A pesar de que técnicamente mantenían el contacto, no estaban en buenos términos y no quería que Chris pasara el siguiente año disponiendo de su tiempo cuando se le diera la gana.

Chris se dio cuenta de esto e hizo una mueca.

—No quieras hacerme quedar como el malo, me rompiste el corazón —gruñó, frunciendo el ceño. Su tono se crispó un poco, parecía que quería controlarse, pero no lograba hacerlo.

—Tu rompiste el mío —respondió y se le escapó como un reproche.

Los dos se quedaron viendo un momento y luego Chris resopló, dedicándole una expresión desdeñosa. Mars trataba de no pensar mucho en ello, pero no podía negar que el muchacho fue una persona importante en su vida, alguien a quien amó con todo su corazón.

La persona que estaba frente a él, no parecía el mismo chico alegre y vivaz que fue con él a la escuela y que corría a saludarle cada vez que lo veía.

—Siempre tuve el peor gusto por los hombres, ni siquiera tú me trataste como una persona —él estaba muy enojado, parecía que quería golpearlo, pero también se veía como alguien que ya no tenía mucho que perder—. Solo vine aquí para aclarar algunas cosas, después no volveré a molestarte —dijo. Se notaba que le había costado pronunciar aquellas palabras.

El instante más hermoso de la vidaWhere stories live. Discover now