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Cuando Mikoto estaba por cerrar la puerta, Harry volvió e impidió que lo dejara fuera

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Cuando Mikoto estaba por cerrar la puerta, Harry volvió e impidió que lo dejara fuera. Desde donde estaban se podía ver el elevador, tanto Natsuki como su madre ya habían bajado.

—Les dije que al final no podría llevarlas, ellas entendieron —le explicó de inmediato.

Mikoto se quedó paralizado, la última vez que estuvo a solas con él fue cuando terminaron y la situación resultó tan traumática, que verse inmiscuido otra vez en un escenario similar lo alteró muchísimo.

—Oh —de inmediato bajó la vista, se sentía muy intimidado por la presencia de Harry, quien lo observaba con una intensidad con la que estaba familiarizado. Sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo ante la tensión que los rodeaba. Aquella era la clase de expresión que adoptaba el hombre cuando quería sexo. Eso lo puso incómodo.

—Te he extrañado —agregó—. No sabes cuánto —el hombre dio un paso hacia él, de modo que quedaron inusualmente cerca. A Mikoto le temblaron las piernas.

—Que dices... —murmuró, sintiendo que la casa se volvía pequeña a su alrededor. Las paredes parecían estar asfixiándolo.

—Digo que te extraño, te extraño de verdad, nunca me había pasado algo así con nadie —su voz sonaba un poco ronca, era un tono inusual si estabas acostumbrado a su forma habitual de hablar.

Mikoto se le quedó mirando con expresión sorprendida, al principio pensó que el sentimiento de euforia llegaría en cualquier momento, pero, mezclado con este aparecía la culpa y el dolor.

—Quiero volver.

Su respiración se detuvo por unos instantes, aquellas palabras eran con las que había soñado durante el último año. Mikoto trató de aplacar su corazón, estaba feliz, pero también sentía como si se encontrase parado al borde de un precipicio, a punto de caer a un vacío mortal.

—¿Y Chris? —preguntó, sintiendo que el estómago se le revolvía, pero al ver el rostro de Harry, supo que algo andaba mal. Aquello no se sentía correcto.

—Chris es mi amigo, hemos sido cercanos por mucho tiempo, esa amistad de años fue la que me confundió, pero ahora... —él parecía abatido—. No lo sé, no creo que pueda llegar a amarle.

El corazón de Mikoto se rompió cuando escuchó aquellas palabras. Irónicamente habría preferido que el hombre expresara un eterno amor por Chris a que lo negara, porque se parecía más al tipo de respuesta que daría el hombre del que se había enamorado.

Sin embargo, quien estaba delante de él no era ese Harry tranquilo y maduro que sabía lo que quería, la persona que estaba observando ni siquiera se acercaba al Harry que conoció durante los últimos cinco años. No quería pensar mal, pero se veía cómo una ilusión proyectada hacia él, como si estuviera tratando de recrear una bonita escena de drama para Mikoto.

El instante más hermoso de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora