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—¿Cómo me veo, hyung? 

San salió del baño con uno de los hermosos trajes que HongJoong le había recomendado. Ambos estaban en la enorme habitación matrimonial de Choi, en el caso de HongJoong sentado encima de la cama y con una copa de espumante en la mano, siendo incitado a beber por San quien le dijo "no importa, hyung, podemos beber aquí, mi marido no se enoja por esas cosas. Si algo se ensucia lo compramos de nuevo. No he estado casi dos años abstemio como para privarme abora por tonterías".

Mientras Hosu y su padre se hallaban en otra parte de la gran mansión, el omega dueño de casa  trataba de encontrar el traje ideal para la cena de nochebuena que todos los años planificaba el reino. No era la primera vez que HongJoong asistía a algo así, pero ahora su participación sería mayor, pues YunHo lo consideraba de mejor forma que los reyes anteriores. En vez de estar con los sirvientes, él podría ser parte de su círculo cercano, y eso lo tenía algo nervioso. 

Por otra parte, sí era la primera vez de San en las actividades navideñas del reino, y por eso le había pedido su asesoría. La vida del joven era bastante acomodada, llena de eventos sociales junto a otros omegas, y aún así estaba ansioso, como si fuera su fiesta de los quince.

—Te ves hermoso, elegí el cinturón verde porque combina con el mechón de tu pelo —explicó HongJoong analizando el estilo de su amigo—. Y la camisa con escote amplio destaca tu marca, San. 

—Deberías maquillarla, se verá bonita —sugirió el joven tocándose el cuello.

—Seguro —accedió HongJoong. Desde que YunHo empezó a llevar ese estilo todos los omegas marcados del reino comenzaron a imitarlo. Incluso TaeYong, uno de sus vendedores, solía hacerlo seguido.

—¿Estás nervioso? —consultó San acercándose al tocador y tomando la copa fina llena de espumante, de paso admirándose en el espejo y luego girándose hacia HongJoong—, esto debe ser nuevo para ti.

—No es el primer evento de la realeza al que voy, así que no debe ser tan distinto —contestó HongJoong encogiéndose de hombros. Luego bebió de su copa. El licor tenía un leve sabor a fresa aparte del alcohol tradicional—. Además, tenía planeada una cena esa noche, quería invitar a mis amigos del trabajo y a mi novio —comentó algo desganado. 

—Oh, pero el señor Park asistirá a esa cena también, así que al menos podrás estar con él. 

Obviamente desde que HongJoong aceptó a SeongHwa, el chisme se dispersó por el reino como si fuera un horrible virus pandémico. Primero se enteraron los reyes, luego el duque y su marido, y después, por medio de YeoSang, TaeHyun supo el asunto y se lo contó a todos en la tienda. Luego de eso, el chisme pasó a ser el tema del momento, y HongJoong otra vez estaba en la boca de toda la gente.

—Pero no con Yuna y su hermanita —dijo haciendo un puchero. 

—Ya, al menos ellas se apoyan mutuamente. Deberías estar contento de no pasarla tan solo este año.

Eso era verdad. HongJoong por primera vez en mucho tiempo tendría compañía, aunque no se refería precisamente a SeongHwa. O sea, ellos estarían presentes en la cena pero no porque asistieran juntos, sino porque ambos estaban invitados. En todo caso, YunHo sabía que ahora ellos tenían algo románticamente hablando así que seguro se encargaría de dejarlos muy juntitos allí. 

Y vaya que tenían algo. Desde el día en que SeongHwa le había pedido ser su novio y HongJoong aceptó, el alfa iba su casa apenas tenía el tiempo libre. Ellos de todos modos no hacían nada más que comer alguna cosa y besuquearse en el sillón mientras veían alguna serie americana o el drama del momento. Estaban recién comenzando a formar algo más estable.

Y HongJoong estaba muy emocionado por eso, sentía su estómago lleno de mariposas y no dejaba de pensar en él. Es que SeongHwa era tan lindo, con sus buenos modales y los abrazos y besos que le daba antes de despedirse, como si no quisiera soltarlo. Estaba fascinado con su manera de ser.

—A veces creo que SeongHwa se va a dar cuenta de quien soy y me va a dejar en cualquier momento —comentó dramáticamente, emitiendo casi un murmullo lastimero.

—¿Y quien eres en realidad? —preguntó San divertido, bebiendo de su espumante—. ¿Acaso eres un monstruo disfrazado del asesor de los reyes?

—Ya sabes a lo que me refiero, San —respondió HongJoong—, SeongHwa es el consejero del rey, y yo un simple asesor de vestuario que además es viudo.

—Eres demasiado pesimista, Kim HongJoong —se quejó San, sin perder ese ánimo agradable que siempre solía llevar consigo—. Eres fuerte, independiente, guapo, y además tienes una boca y un culo. Eso es lo suficientemente bueno para cualquier alfa, desde el más miserable hasta el mismo rey...

—¡Aish, omega grosero! —exclamó HongJoong impactado. No sabía si reír o llorar por las frases de San.

—Sabes que es la verdad —insistió San sonriendo con malicia—. ¿Ustedes… ya han…? Bueno, ya sabes a lo que me refiero —murmuró San, como siempre muy interesado en esas cosas.

HongJoong rodó los ojos deduciendo qué tono tomaría la charla. San, como un omega hormonal digno de su categoría, naturalmente estaba muy interesado en aquello Y bueno, honestamente, él también tenía algo de eso. Sin embargo, con SeongHwa estaban recién empezando una relación, él ni siquiera había pensado en… está bien; sí, lo había pensado, en un montón de ocasiones y sobre todo antes de dormir, y a veces en los sueños incluso, sueños en los que por cierto, despertaba siempre agitado… pero en fin, que SeongHwa y él todavía ni siquiera tenían conversado avanzar a algo asi, era demasiado pronto.

—Basta, San —se limitó a decir.

—Ya sabes que yo puedo darte excelentes consejos para satisfacer a tu alfa —le recordó su amigo, haciendo que se pusiera colorado como tomate—. Solo si tú quieres…

—Dije basta —repitió, después bebiéndose el espumante que le quedaba de un largo trago.

HongJoong siempre creyó que San estaba un poquito loco, pero además de eso le agradaba mucho y consideraba que sus palabras eran muy honestas y genuinas. También era un buen amigo con WooYoung, y lo había ayudado en sus malos momentos. HongJoong todavía recordaba esa vez que lo metió en problemas con el reino, o más bien SeongHwa lo hizo… dios, no podía dejar de pensar en ese estúpido alfa. Al menos iba a verlo en un rato más, pues SeongHwa insistía en querer acompañarlo a comprar plantas, incluído un pino navideño.

HongJoong no podía, a propósito de San y sus consejos, evitar preguntarse si SeongHwa era bueno en… vamos, en la cama. Él, si bien había estado casado tiempo atrás, no se sentía muy experimentado. Su alfa fallecida solía ser más bien tradicional en ese aspecto, y además al ser mujer la intimidad era distinta. Por otro lado sus parejas pasajeras de apareamiento en celo claramente no contaban, pues ambos eran más animales que humanos durante esos momentos. SeongHwa en cambio era su novio actual, ese hombre alto y fuerte no lo pretendía solo para descargarse sexualmente, sino que también lo quería, y eso lo hacía sentirse un poco extraño.  

De todos modos ellos sólo llevaban unos días de novios, y no se sentía presionado a hacer esas cosas… aunque su experiencia, y el hecho de saber que Park también la tenía, lo hacía desear hacerlo pronto. Él no era un santo, y su novio era muy sexy, honestamente.

—¿Estás pensándolo, cierto? —San lo sacó de sus pensamientos con una voz ladina y una sonrisita que hizo a HongJoong querer saltar por la ventana y huír. Pero no lo hizo, por supuesto—. Tú quieres escuchar mis consejos amatorios… 

—Está bien. Tú ganas, San —aceptó HongJoong.

—¿Eh?

—Hazlo. Dime todos tus consejos amatorios para satisfacer a mi alfa.

San obviamente que lo hizo: habló de posiciones, juegos, técnicas y partes del cuerpo que harían a cualquiera sonrojarse. De hecho, cuando más tarde HongJoong se juntó con SeongHwa en los jardines del castillo real, apenas podía mirarlo a la cara.

× ay este San :')

Vieron lo de la lesión del bebé hwa? Al parecer es algo leve, pero igual me preocupa. Espero que para el comeback estén todos sanitos :'(

PRESTIGIO [seongjoong]Where stories live. Discover now