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Al contrario de otros omegas seulenses, la verdad es que Choi BeomGyu siempre había sido un privilegiado, y por supuesto, le sobraba el prestigio. Era hermoso y tenía a un montón de alfas siguiéndole, y eso subía su ego que siempre había sido bien alimentado. Honestamente, él era un omega con las mismas aspiraciones que los demás: casarse con un buen alfa y tener descendencia. Ya tenía veintiún años, estaba en edad de tener un marido, y aunque todavía no encontraba a su destinado, no se urgía al respecto: omegas como él siempre conseguían un buen partido.

Esa mañana, como todas las otras, se levantó tranquilamente, se dio un largo baño en la bañera llena de pétalos de rosas, y se aplicó un montón de cremas y bálsamos de todo tipo. También tomó una píldora para su celo inminente, se vistió con uno de sus innumerables outfits, y se maquilló por sí mismo. BeomGyu, a pesar de ser el heredero de una enorme fortuna, prefería no poner su belleza en manos de alguien más. 

Cuando al fin llegó al gran salón, había un banquete para el desayuno en la mesa majestuosa y un matrimonio mayor ya comiendo. Su padre omega era hermoso como él y su padre alfa tenía mucha elegancia, cosas que él había heredado, por supuesto.

—Oh, ya está aquí, querido —dijo el omega mayor al ver a BeomGyu entrar al lugar.

BeomGyu hizo una reverencia a sus padres y se sentó en el otro lado del omega, quedando los tres en un extremo de la mesa. Esta era tan larga que se veía todo gracioso y exagerado, incluso la comida rebosante y excesiva. BeomGyu no sabía qué desayunar, pues sentía que con cada bocado iba a engordar como una morsa, así que eligió unas galletitas dietéticas y té blanco sin azúcar.

—¿Pasa algo? —quiso saber. Sus padres lo veían como si él hubiese cometido algo grave, pero BeomGyu era un buen chico así que no se asustó. Quizás a veces, cuando su celo venía y no alcanzaba a tomar supresores se volvía un poco loco, pero era un omega, no podía ir contra su propio instinto. Sus padres eran comprensivos en ese aspecto.

El alfa tomó la palabra.

—Ayer, después de mucho tiempo, me he encontrado con el señor Park.

BeomGyu recordó su cita con SeongHwa, el único hijo de ese hombre y el actual consejero real. Era muy guapo y respetuoso, pero la cosa había sido un fracaso. BeomGyu no sentía rencores hacia él de todos modos. Se había enterado de que ahora SeongHwa andaba de novio con el dueño de la tienda en la que había comprado más de la mitad de su ropa, así que se sintió bien por aquello. El joven Kim le agradaba y aunque no lo dijera en voz alta debido a razones básicamente elitistas, sentía admiración hacia su persona.

—Ya veo —dijo sin comprender. La verdad es que la vida de ese viejo no podía importarle menos, incluso cuando creía que conseguiría ser el omega de SeongHwa, el señor Park le causaba un poco de rechazo.

—Y tengo buenas noticias para ti, chico —mencionó su padre con una sonrisa orgullosa en su rostro.

—¿Eh? 

BeomGyu lo miró incrédulo. La idea de estar con SeongHwa era atractiva y por eso había aceptado salir con él, pero ya había desechado esa posibilidad. ¿Acaso Park y Kim habían terminado?

—El señor Park me ha dicho que tu unión con su hijo sigue en pie.

BeomGyu alzó ambas cejas perplejo escuchando al alfa. ¿Entonces sí habían terminado? Vaya, eso era triste para ellos, pero genial para él. En serio, si tenía una posibilidad más de ser esposo del consejero, la tomaría sin dudar… a pesar de que Park no fuera su pareja destinada, por la diosa luna. ¿Y si encontraba a su destinado habiéndose casado con él? Seguro SeongHwa lo condenaría a la muerte, con una espada de plata en su pecho. Oh, demonios, la mente de BeomGyu era como la de un torbellino ahora.

—Woah —exclamó entre sorprendido y contento—, Entonces tendré que hacer dieta. ¿Debería cambiarme el peinado también? He pensado teñirme el pelo rubio… 

Su padre omega lo interrumpió.

—Tranquilo, pequeño, no te emociones. Tu padre está hablando tonterías…

—Ya basta —el alfa le habló a su esposo—. Tú no entiendes estas cosas, déjame explicarle todo a BeomGyu.

—¿Explicarme qué? —de verdad Choi estaba cada vez más intrigado por todo.

—No quiero que Beommie salga lastimado, en serio —insistió el omega realmente preocupado de su hijo.

—No lo hará —enfatizó el alfa sin dejar de mirar a BeomGyu—, él no es tonto y sabe de qué estamos hablando.

BeomGyu siempre había sido un chico directo y valiente, así que soltó un atrevido:

—De hecho no lo sé. ¿Qué está pasando aquí?

El alfa Choi rodó los ojos, mientras que el omega comenzaba a responder, siendo detenido por el otro. El jefe de hogar entonces le explicó todo.

—Pasa que estamos haciendo lo posible con el señor Park de tener lo mejor para nuestros hijos pero tu padre está en desacuerdo. Ya verás, Choi BeomGyu, debes prepararte para eso porque después me lo vas a agradecer… 

—Ofrecerle dinero al muchacho Kim no solucionará las cosas, hombre —el omega mayor no pudo evitar decir, emitiendo un bufido de frustración y dejando callado a su esposo. BeomGyu estaba en shock—. Park SeongHwa no está interesado en nuestro hijo y separarlo de ese omega empeorará todo.

—¿Qué? —BeomGyu apenas pudo modular.

¿Ofrecer dinero? ¿A Kim? ¿Hablaban de Kim HongJoong? BeomGyu, de sorprendido, pasaba a estar molesto. Apretó los dientes y sintió que toda la sangre se le subía a la cabeza. ¿Qué clase de personas eran estos alfas? ¿Acaso creían que todo se solucionaba con dinero? No era extraño ver uniones maritales de ese modo, pero lo que planeaba el señor Park con su hijo superaba todos los niveles de maldad. BeomGyu estaba triste por Park SeongHwa incluso más que por sí mismo, y aunque los alfas querían hacerlo cómplice de sus horribles planes, él no iba a ser parte de eso.

—Sólo estamos apresurando las cosas —se explayó el alfa defendiéndose—, ¿Acaso crees que esa relación del chico Park durará para siempre? No seas iluso, querido —añadió con sorna. Luego le dijo a su hijo omega—. Tú sólo debes estar preparado para conquistar a ese muchacho, BeomGyu. Ya verás que terminarás siendo el esposo del consejero actual, y ¿Quién sabe? Quizás hasta logremos, algún día, llegar a poseer la corona. 

Si hubiera sido un alfa, BeomGyu se habría reído en la cara de su padre y luego lo mandaría a la mierda, pero la diosa luna ancestral le había dado sus características de omega. Le agradaba ser uno, se sentía hermoso y deseado, lleno de lujos y una vida simple, sin embargo, a pesar de su carácter atrevido, había cosas que no podía evitar hacer, como respetar y obedecer cada palabra de su padre alfa. Así que tuvo que hacer de tripas corazón, y guardarse sus opiniones para sí mismo.

—Está bien —dijo simplemente.

Pero por dentro, no dejaba de pensar en alguna forma de salir de todo ese enredo en el cual lo estaban metiendo a la fuerza.

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Hooooolaaaa tanto tiempo sin vernos por acá 🤧🥰

He estado con mucho trabajo/votaciones/inspiración en otro fic, así que he dejado abandonado este. ¡Pero al fin logré darle linealidad a lo que sigue y vencí el bloqueo! Espero que les guste este pequeño capítulo y me cuenten qué les pareció el enfoque desde Beomgyu (?.

Honestamente he estado un poco preocupada por los últimos capítulos publicados porque en comparación con los anteriores, tienen muchísimos votos menos. Eso me hizo replantearme de qué estaba escribiendo y por eso también tardé tanto en actualizar, pues sentía que estaba estirando demasiado el chicle y los capítulos eran un relleno innecesario. Ahora con las cosas más claras, seguro avanzo hasta el final.

Y eso, besos!

PRESTIGIO [seongjoong]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum