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HongJoong era muy bueno para las matemáticas, lo que le ayudaba mucho para mantener su negocio en Gangnam, pero lamentablemente no pasaba lo mismo con las letras: él apenas podía leer. Sin embargo gracias a YunHo (y a veces incluso gracias a WooYoung, quien lo ayudaba cuando su hermano estaba muy ocupado en su cargo público), él estaba pasando la tarde recostado en su cama, con unas pantuflas peludas y una ropa simple puesta, intentando leer una revista de chismes. WooYoung (quien se la obsequió) mencionó que era mucho más fácil que concentrarse en un libro, y de hecho lo era. No lograba ser fluído, por supuesto, pero al menos lograba unificar algunas palabras… además, podía despejar su cabeza de esos pensamientos inapropiados que lo incluían a él y al consejero de los reyes haciendo cosas que no debían, por todos los cielos.

Sí, el pobre HongJoong había rechazado a Park SeongHwa, pero no había dejado de gustarle por eso, y se sentía triste al acordarse en la forma que lo había rechazado y de su propio llanto mientras caminaba por la acera. De todos modos ahora estaba bien, fenomenal, fantástico, superando todo ese lío amoroso… 

Diablos, para qué iba a mentir. Él estaba cada vez peor, encerrado en su casa tejiendo gorras de lana y bufandas y cocinando un montón de pasteles distintos. No podía dejar de pensar en ese hombre, y vaya que se sentía mal por eso, como si estuviera engañando a su alfa fallecida. Pero ella había muerto hace bastante, aunque su marca la mantuviera tan presente que lo hacía sentirse culpable. Mierda, él ni siquiera entendía el chisme de la noticia, solamente salía la foto de un grupo de k-pop famoso, al cual recordaba de haber asesorado en su tienda tiempo atrás.

Dejó la revista a un lado y se levantó de la cama, bajó la escalera y encendió la tetera para prepararse un té blanco. Menos mal tenía encendido el calefactor en toda la casa, estaba calientito a pesar de andar solo en camisa, jeans y pantuflas. Afuera había un viento heladisimo, pero al menos no llovía ni nevaba. Se alegraba por sus niños, especialmente Yuna. No quería que ella ni su hermana pequeña pasaran frío durante esta época. Las navidades de HongJoong eran bastante solitarias, así que probablemente las invitaría a cenar con él ese día, y si alguno de los demás chicos quería unirse, pues estaban bienvenidos.

HongJoong apagó la tetera justo en el mismo instante que el timbre de su casa sonó, y se habría vuelto loco de inmediato si no fuera porque hace unos días Choi San lo había visitado para comprarle unas boinas. O sea, podría ser San otra vez, o también podría ser el señor Park. De todos modos estaba preparado para volverlo a ver, al fin y al cabo ellos eran amigos y seguro SeongHwa quería saber cómo estaba. Era normal, debido a que HongJoong se había esfumado de ambos trabajos como el cobarde que era.

Así que respiró profundamente, se dirigió a la entrada, y sin preocuparse de que la persona que venía a verlo fuera confiable, abrió la puerta. Si allí hubiese estado JunMyeon junto a NamJoon, HongJoong se habría jodido. Pero no, quien lo visitaba era Park SeongHwa, por supuesto. El alfa vestía como hacía seguido, totalmente de negro, y llevaba una maceta pequeña con una planta en sus manos.

—¡Oh, señor Park! —exclamó el omega viendo la planta y al alfa con cierta ternura, simulando estar sorprendido—. Hola, eh... ¿Qué es eso?

SeongHwa lo miró a él y a la planta alternadamente, y algo nervioso respondió.

—Mmm… es una planta. Yo… es un regalo para usted —él extendió sus brazos hacia HongJoong, obsequiándosela.

HongJoong entendía que los límites con SeongHwa estaban algo difusos, pero una planta era una planta. Además, no era cualquier clase de planta, sino que una de sus favoritas. ¿Cómo iba a rechazar un regalo tan genial? 

—¡Ginseng! —adivinó sonriendo—. No era necesario, señor Park… 

—Usted no ha ido a trabajar y mi… mi madre nos da infusiones de esto a mí y a mi padre cuando no estamos bien—explicó Park—, como usted no tiene plantas yo pensé en… bueno… obsequiarle una para que esté sano y vuelva a su trabajo habitual. 

PRESTIGIO [seongjoong]Where stories live. Discover now