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HongJoong partió a su habitación, agarró una camiseta y un suéter y se metió al baño. Abajo, mientras tanto, sus hermanos veían televisión y comían chatarra. Él no les había dado dinero así que supuso que lo gastaron por su cuenta, cosa que le hizo sospechar que no estaban tan en la ruina como ellos lo planteaban.

No pudo evitar mirarse al espejo a pesar de tener el pelo mojado cayendo sin gracia tapándole la frente y un maquillaje excesivo para ocultar su mejilla lastimada. Es que se seguía viendo muy guapo. De todos modos cuando se quitó la ropa superior totalmente mojada, su peinado empeoró. Pero luego de ponerse el conjunto seco lo arreglaría. Mmm… quizás debía tinturarse el pelo de otro color, el rojo le hacía verse muy bien, aunque el blanco le gustaba mucho. 

—¡HongJoonggie! —gritó NamJoon— ¡Abre la puerta, están tocando el timbre! —ordenó.

HongJoong rodó los ojos. ¿Acaso NamJoon no podía abrirla? Estaba literalmente a un par de pasos de la entrada, pero claro, HongJoong debía hacerlo porque era el menor, y omega, además de que les debía la vida y esas cosas… 

Mierda, ¿Y si era Park?

Oh, dios. ¿SeongHwa estaba tocando el timbre? No podía ser posible, HongJoong había partido rápidamente para evitar que el alfa entrara y no había razones para que este quisiera volver a verlo. Incluso se alejó tan rápido que olvidó su bicicleta… 

Por la diosa luna ancestral. Era un completo idiota.

Se vistió y bajó rápidamente para abrir la puerta y asomar apenas la cabeza. Efectivamente Park SeongHwa estaba allí, totalmente empapado y afirmando la bicicleta con ambas manos. Tenía una sonrisa afable en el rostro y el pelo empapado pegado a la frente. 

—Eh, creo que dejó algo en mi auto, señor Kim —dijo el hombre.

—¿Quién es? —curioseó JunMyeon parándose del sillón, y HongJoong sintió que la sangre se le subía a la cabeza.

—¿Está usted acompañado? —preguntó SeongHwa con una expresión de sorpresa al escuchar la voz.

El alfa realmente no conocía mucho a Kim HongJoong, pero siempre le vio ese aire de lobo solitario y por cierto, tiempo atrás, el mismo omega mencionó que era viudo. ¿Acaso tenía algún novio? No podía oler a nadie en particular, así que dedujo que esa voz masculina correspondía a la de un beta.

—No sea chismoso —gruñó HongJoong con voz bajita. Pero no contó con que la persona que estaba con él se asomara atrás suyo y terminara abriendo la puerta completamente.

Un beta de estatura baja, rasgos suaves y aspecto educado se quedó mirándolo, analizando a SeongHwa de arriba a abajo. No supo por qué, pero SeongHwa de pronto fue muy consciente de su malestar en el estómago.

—¿Hola? —lo saludó el beta.

SeongHwa hizo una reverencia y respondió en un tono solemne.

—Buenas tardes, señor.

—¿Quién es? —preguntó otro hombre desde adentro. Su voz era más grave que la del beta de estatura baja.

¿Qué demonios pasaba allí? Se preguntó SeongHwa. Buscó una respuesta en HongJoong, viéndolo confundido (aunque el omega no le debía explicaciones), pero el joven sólo se dignó a mirar la bicicleta con mucha frustración.

 —¿Es tu amigo, Hong? —el beta volvió a hablar—. Espera… yo te he visto en alguna parte. 

SeongHwa vio que de pronto apareció otro hombre, también beta, un poco más alto que él. Este no tardó en reconocer al consejero del rey, porque abrió mucho los ojos y lo apuntó con admiración.

PRESTIGIO [seongjoong]Where stories live. Discover now