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SeongHwa sabía que HongJoong era un omega de armas tomar, solitario y algo frío. O al menos eso era lo que el más bajito quería demostrar ante todos. Así que ese beso, que tuvo un poco de lengua pero nada de caricias o manoseos adicionales, fue lo suficiente para que su corazón de alfa con sentimientos ebullentes palpitara tan rápido como cuando estaba convertido en lobo y nadaba en el río del bosque.

Es que al fin y al cabo estaba besando a un omega viudo, a un hombre de duelo por perder alguien que no amaba pero que sí respetaba mucho. Sin embargo ya no podía consigo mismo. HongJoong era tan lindo, quería protegerlo de todos los males del mundo, de sus estúpidos hermanos, de la gente que hablaba pestes de él, y de todos quienes le hicieran sufrir. Y como si fuera poco, HongJoong no lo estaba rechazando, ¡El omega que lo antes odiaba por dañar su túnica ahora respondía un beso suyo! 

Bueno, el omega también había salvado su vida. Ese era el tipo de relación que tenían, y SeongHwa por primera vez quería proteger a alguien tanto o más que a MinGi.

Aún así no quería espantar a HongJoong siendo demasiado hostigoso. Honestamente le habría gustado hacer algo más, como apretarle las mejillas, oler su cuello o incluso una cosa más impura, como meter sus manos bajo la tela de su pijama y tocar su piel. Vaya que quiso hacer eso, pero seguro HongJoong lo iba a echar a patadas de su casa, como si él fuera tan horrendo como sus hermanos.

Entonces dejó de besarlo para protegerlo de sí mismo. Si seguía con el beso iba a terminar perdiendo el control. HongJoong tenía las mejillas sonrosadas y una sonrisa extraña en la cara, como si estuviera en las nubes. Y SeongHwa, alterando la cercanía entre ambos, se inclinó para el lado, sacó un panecillo del platillo sobre la mesa, se lo echó a la boca y se alejó de él. En la cita fracasada vio a BeomGyu tan hambriento devorando la comida, que amablemente le ofreció la suya, y BeomGyu casi se puso a llorar por el noble gesto. El asunto es que SeongHwa sí estaba un poco hambriento y esos mochis se veían súper apetitosos.

—Me gustó —dictaminó después, con la boca llena.

—Gracias, lo hice yo —dijo HongJoong con la voz levemente más aguda de lo normal.

—No me refiero al mochi —aclaró SeongHwa—. Aunque el mochi también está rico.

—Ah… entiendo —dijo el omega honestamente sin captar la frase. Cuando finalmente lo hizo, se llevó una mano a la boca para cubrirla, emitiendo una risita muy rara. SeongHwa nunca lo había visto así.

—Eh… bien, ya es casi medianoche y yo… debo irme y usted necesita descansar —una canción que le gustaba mucho resonó en la cabeza de SeongHwa. Qué extraño era el destino a veces.

—Sí, tiene razón —musitó HongJoong de forma lúgubre. 

Y naturalmente siendo muy amable, lo acompañó a la puerta y abrió antes de que SeongHwa se adelantara. Pero él no se despidió de inmediato, en vez de eso, se aclaró la garganta y habló nuevamente.

—Si el fin de semana hay una tormenta de nieve, me temo que no podré venir a verle.

—Oh —exclamó HongJoong—. Está bien, tranquilo.

—Pero apenas el clima mejore vendré por usted. Necesitamos hablar.

—Ajá… 

—De lo que hicimos hoy… de lo que hice hoy —se corrigió.

—Seguro.

—Bien. Nos vemos entonces.

—Hasta pronto. Por favor tenga cuidado.

—Dulces sueños, señor Kim.

SeongHwa se tomó el atrevimiento de besarlo otra vez, aunque claramente no llegó al nivel anterior. Simplemente pegó los labios a los suyos y se alejó en menos de un segundo. Después salió de la casa, agitó la mano en señal de despedida, y se fue a su automóvil con una sonrisa se la que ni siquiera estaba consciente tener.

Por otra parte, cuando HongJoong finalmente se quedó solo, apoyó su espalda en la puerta y se fue deslizando al suelo lentamente, cuan hielo derritiéndose en un tejado diagonal.

Obviamente no pudo dormir en toda la noche.

× yo creo que me acabo de inventar la palabra ebullente xd

PRESTIGIO [seongjoong]Where stories live. Discover now