Capítulo 11: Disparo

1.9K 311 116
                                    

Algunos autos de color negro se estacionaron al costado de la fila de vehículos. La calle era larga y amplia, pero los autos la estaban empezando a ocupar en totalidad. Hileras de hombres resguardaban la entrada con abrigos oscuros y amarronados, sombreros elegantes y armamento de gran calibre. La mayoría cargaba un subfusil Thompson, era el arma que marcaba una tendencia en la década por su precisión y su impacto letal.

Alastor esperaba a Anthony fuera de la cabina telefónica. Era la primera vez que se armaba con un rifle de caza desde que estaba en la organización, el cual cargaba en su espalda. No era bueno con las armas a corta distancia, pero podía disparar de lejos con una puntería envidiable gracias a su viejo pasatiempo de cazador de animales de bosque. El locutor de radio se mantenía de brazos cruzados, observando cautelosamente la formación de los hombres de la familia De Simone y como resguardaban esa sala de reuniones desde afuera. Los guardianes de los Cacciatore estaban ubicados casi desde el lado contrario, la cantidad de personas era casi la misma, aunque los vehículos no dejaban de llegar.

No entendía porque Anthony lo eligió para entrar con él. A diferencia de los demás hombres, su especialidad no eran las armas de fuego y no podría hacer mucho si las cosas se tornaban violentas y se producía una persecución. No sabía si era capaz de proteger a Anthony en una situación como esa.

El rubio solo lo había mirado algo desinteresado y le había dicho que se sentía seguro con él.

El Cacciatore era extraño. Pero Alastor debía admitir que si no estaban juntos en ese momento, si no podía vigilarlo con sus propios ojos y no se mantenía al tanto de cada cosa que sucediera en la reunión, se sentiría terriblemente intranquilo por su paradero.

Desde adentro de la cabina de teléfono, el rubio hablaba despacio y mantenía la puerta de madera y cristal un poco abierta, solo para sacar su mano de vez en cuando y dejar caer las cenizas del cigarro que estaba fumando.

Ten cuidado, hablo en serio. Y hazme un único favor, Anthony.

Molly sonaba preocupada por su hermano desde el otro lado de la línea, porque era una de las pocas personas que se interesaba por su bienestar y lo quería. Ambos atravesaron cosas similares cuando eran niños y conocían lo duro que era crecer en una familia tan caótica y llena de altibajos. Sabía que el peso que llevaba Anthony sobre sus hombros era agotador y estresante, pero también confiaba en sus habilidades. En la única decisión que había estado de acuerdo con su padre era en la de otorgarle el mando de liderazgo de su organización. No había nadie más apto para ello que él.

Si alguien te llama marica, no los mates.

—Pides demasiado, bebé.

El rubio sonrió un poco sínico al oír esa voz nerviosa. No sé sentía preocupado, pero estaba más lúcido y alerta que de costumbre. Hablar con Vagatha era una responsabilidad, se encargó de no consumir oro blanco esa vez ni fumar nada extraño. Tenía que estar alerta al cien por ciento, porque a diferencia de su padre, nadie sabía que clase de personalidad o naturaleza caracterizaba a Vagatha realmente. Molly resopló más tensa que antes, quería que no se lo tomara como una broma porque el destino de la organización estaba en sus manos.

De verdad, no lo hagas. Negocia con cuidado, Alastor está contigo y va a cuidarte. Valora su esfuerzo.

Escuchó ese nombre y dejó de bromear al respecto. Sabía que iba a cuidarlo, eso lo llenaba de valor, no pudo evitar formar una pequeña sonrisa. Estar en una situación tan difícil y que él estuviera a su lado era algo que lo hacía sentir afortunado.

Lo haré.

Colgó la llamada, salió de la cabina y se encontró con su compañero, quien le dirigió una mirada seria y determinada porque era la hora de entrar a la sala. Anthony prendió un habano grueso de color negro, arrojando los restos de cigarrillo que retenía. Quería algo más fuerte. Y luego de encenderlo, lo dejó entre sus labios y caminó directo a las compuertas de madera que lo estaban esperando. Le indicó con la mirada a Alastor que lo siguiera y él obedeció sin emitir palabras.

Born to Die [ RadioDust ]Where stories live. Discover now