Mᴏʀᴏᴄʜᴀ ➞ Eᴄᴋᴏ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]

sesenta y uno

Paulina

Estábamos por darnos la vuelta, para ir a la habitación nuevamente, pero vimos alguien, su cara nos pareció muy conocida...

–Che, ¿esa es la persona que yo creo que es?– preguntó Cazzu mirándome.

–Creo que si– respondí mirándola fijo.

No podía creer!

Pensé que no iba a ver esa cara, por Buenos Aires, nunca más.

–¿Vamos a charlar con él?– preguntó Cazzu contenta.

–Anda vos, boluda, quedo Dinamita solo con Ecko dormido, puede ser una locura – me reí.

–Bueno, anda yendo, que hablo con él y después voy– sonrió.

Asentí.

Me di vuelta y me subí al ascensor para ir a la habitación.

[...]

Ecko se había despertado hace media hora, no aguanta más, se quiere ir a su casa.

Le dijimos de mil formas que se tiene que quedar hasta mañana, pero insiste.

–Ya falta menos, aguanta– le sonreí.

–Aguanto, pero por vos, nada más– dijo serio.

Es un tierno.

–A todo esto, ¿Mi novia donde está?– preguntó mi primo.

Aclaré mi garganta.

–Se quedó hablando con la chica de secretaria– intenté disimular lo más que pude.

Asintió no tan convencido.

Para mí suerte, 5 minutos después, apareció Cazzu con un papel, y un café en su mano.

–¿Porque tardaste tanto?– preguntó Dinamita curioso.

–Me quedé hablando con un ex-compañero mío del colegio– sonrió mi amiga.

Dinamita me miró con desprecio.

Mentir, siempre sale mal.

–Quería que lo sepas por ella– sonreí.

–Ah, ¿vos le dijiste otra cosa?– pregunto mi amiga riéndose.

–Pensé que le iba a molestar que le diga que estabas hablando con un ex-compañero tuyo del colegio– respondí sincera.

–No, me molesta que me mientas– sonrió falsamente mi primo.

Mi primo se enojó conmigo.

Yo hubiese echo lo mismo.

–Okey, ¿que puedo hacer para que me perdones?– pregunté resignada.

–Subí una foto mía, no conmigo, un foto mía solo, pone que me amas, soy el mejor primo y que estoy buscando novia– sonrió.

Ni en pedo le hacía eso a Cazzu.

–Ja, muy chistoso, excepto la parte de que buscas novia, todo lo demás si querés, si– dije seria.

–Estas perdonada a la mitad, entonces– se me burló.

–Como sea, es más que no estar perdonada– bufé frustrada.

Agarré mi celular, abrí Instagram e hice lo que mi primo me pidió.

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paulinascott_  5min.